En este mundo siempre tendremos problemas. Juan 16: 33 “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”
Lo que acaba con una persona no son los problemas, lo que acaba con el sueño de toda persona es el no saber qué hacer en los momentos de los problemas.
Las dificultades mal manejadas tienen el poder de oscurecer el panorama, los problemas oscurecen nuestro camino al éxito por esta razón cualquier obstáculo nos impide avanzar.
Este capítulo 9 es la profecía cumplida en Jesucristo quien es nuestra luz.
Para quienes recibimos a Jesucristo en nuestro corazón él se convierte en nuestra luz en medio de la oscuridad de los problemas. V 1 “Mas no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia, tal como la aflicción que le vino en el tiempo que livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles.”
Jesucristo quiere ayudarnos pero no vino para quitarnos los problemas, el vino para ayudarnos a resolverlos.
Cristo nuestra Luz.
1. Nos Guía. Juan 8: 12 “Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” un buen padre no es aquel que le hace todo a sus hijos un buen padre es aquel que se convierte en guía, es decir les muestra el camino por donde ellos han de transitar.
En la oscuridad solo sentimos problemas con los cuales siempre estamos tropezando y en lugar de solucionarlos los agravamos más y más.
Cuando llega la Luz no se arreglan los problemas de manera inmediata, pero con la luz no solo vemos los problemas también vemos la solución.
2. Quita Todo Temor. Isaías 41: 10 “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” en la mayoría de los seres humanos nuestro corazón desfallece cuando se está en oscuridad pero cuando llega la luz recuperamos nuestra confianza y disipa todo temor.
· 2.1. Podemos enfrentarnos a nuestros enemigos. Sean estos cualquier tipo de problema, físico o emocional.
· 2.1. Podemos avanzar con más rapidez. El temor nos hace lentos y esto nos convierte en mediocres.
3. Nos hace crecer. 1 Corintios 15: 58 “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano” la luz es la que da crecimiento en las plantas, los animales y en todo ser viviente. La luz de Cristo es la que nos hace crecer y dar fruto, nos transforma de alguien inútil a alguien útil.
· 3.1. Dejamos de ser un espectador más en la Iglesia para convertirnos en alguien útil. Discipulador, ujier, evangelizador. Etc.
4. Nos da Calor. Salmos 84: 11 “Porque sol y escudo es Jehová Dios; Gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad” Para los seres vivos el calor puede significar la diferencia entre la vida y la muerte. En efecto, por ejemplo, los mamíferos en general, y en particular el hombre, se caracterizan por el hecho de mantener estable a su temperatura interna; si por algún motivo esto falla, podrían morir o quedar seriamente dañados. Por otro lado, ningún tipo de vida podría haberse desarrollado si la atmosfera no captase la temperatura que se genera por la radiación solar.
De manera espiritual para los cristianos el calor de Cristo en nuestro corazón hace que tengamos vida y nos apasionemos por lo que hacemos, con el amor de Jesucristo nuestra vida cobra sentido.
5. Genera Orden. Proverbios 16: 9 “El corazón del hombre piensa su camino;
Mas Jehová endereza sus pasos” una vida en oscuridad se mantiene en desorden, es la luz de Cristo en nuestro corazón la que hace que nuestra vida se organice. Esa luz maravillosa de Jesucristo entra a nosotros a través de conocer la verdad. La ignorancia nos mantiene en cautiverio, la luz nos da Libertad. Juan 8: 32 “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”
Solo la luz de Jesucristo en nuestro corazón es la que nos hace libres nos prepara, nos guía o nos conduce por el camino del éxito y la prosperidad física, emocional y Espiritual. Nunca permitas que los problemas o los afanes de este mundo apaguen la luz de Cristo en tú Corazón.
