Daniel era un hombre ejemplar en todo, delante de Jehová era fiel con él, no había nada que lo alejara de adorarlo. V 10 “Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes.” Muchos de nosotros la misma bendición en algunas ocasiones nos aleja de Dios, entre más bendiciones recibimos de parte de Dios más decimos no tener tiempo para él.
Daniel
también era fiel delante de los hombres. V 4 “Entonces
los gobernadores y sátrapas buscaban ocasión para acusar a Daniel en lo
relacionado al reino; mas no podían hallar ocasión alguna o falta, porque él
era fiel, y ningún vicio ni falta fue hallado en él.”
A pesar de
que Daniel era un hombre intachable en lo que era y en lo que hacía tuvo que
vivir momentos difíciles fue echado en el foso de los leones. V 16 “Entonces el rey mandó, y trajeron a Daniel, y le echaron en el foso de los
leones. Y el rey dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves,
él te libre.”
Es inevitable
que a pesar de servirle a Jesucristo y tratar de portarnos lo mejor posible
delante de los demás haya momentos en los cuales sentimos como si nos hubieran
echado en un foso con leones.
Para Daniel
los leones eran físicos eran leones de verdad, para nosotros esos leones pueden
ser las deudas económicas, las dificultades en el hogar. Etc. Cada uno de nosotros
podemos sentir que tenemos nuestro propio león, cual es el tuyo, solo tú lo
sabes.
Lo importante
no es el león el cual la vida nos lo puso al frente, lo importante es cuál es
nuestra reacción frente a ese león.
Como vemos en
la historia de Daniel él no se enfrentó a los leones, el simplemente dejo que Jehová
actuara a su favor. V 22 “Mi Dios envió su
ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño,
porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho
nada malo”
La razón que
encontró el rey o la única explicación que encontró el rey frente a semejante
milagro era que Daniel confió en Jehová. V 23 “Entonces
se alegró el rey en gran manera a causa de él, y mandó sacar a Daniel del foso;
y fue Daniel sacado del foso, y ninguna lesión se halló en él, porque había
confiado en su Dios”
Muchos de
nosotros cuando estamos frente a nuestros leones preferimos enfrentarlos en
nuestras fuerzas y no esperar en Jesucristo, es por esta razón que siempre
terminamos devorados.
Solo cuando
Daniel logro superar esta prueba de fidelidad y confianza en Jehová Dios lo
prospero en todo. V 28 “Y este Daniel prosperó
durante el reinado de Darío y durante el reinado de Ciro el persa” en los momentos difíciles es donde podemos probar
nuestra fidelidad con Dios.
Muchos
podríamos preguntarnos como puede ser prospera una persona que está en
condición de esclavo y que no puede tener ninguna propiedad.
La verdadera
prosperidad no es tener bienes materiales en abundancia a eso se le llama
riqueza.
Ser prospero
es tener la capacidad de vivir bien en cualquier situación que esté pasando, el
apóstol Pablo era ejemplo de prosperidad. Filipenses 4: 12 “Sé vivir humildemente, y sé tener
abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para
tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.”
Si por
diferentes razones difíciles de la vida sientes que estas en el foso de los
leones no te desesperes, confía en Jehová y deja que el actué a tu favor,
pronto sentirás que las cosas se mejoran pronto llegara el tiempo de tu
prosperidad.