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Daniel 6. El foso de los leones.

 

Daniel era un hombre ejemplar en todo, delante de Jehová era fiel con él, no había nada que lo alejara de adorarlo. V 10 “Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes.

Muchos de nosotros la misma bendición en algunas ocasiones nos aleja de Dios, entre más bendiciones recibimos de parte de Dios más decimos no tener tiempo para él.

Daniel también era fiel delante de los hombres. V 4 “Entonces los gobernadores y sátrapas buscaban ocasión para acusar a Daniel en lo relacionado al reino; mas no podían hallar ocasión alguna o falta, porque él era fiel, y ningún vicio ni falta fue hallado en él.

A pesar de que Daniel era un hombre intachable en lo que era y en lo que hacía tuvo que vivir momentos difíciles fue echado en el foso de los leones. V 16 “Entonces el rey mandó, y trajeron a Daniel, y le echaron en el foso de los leones. Y el rey dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, él te libre.

Es inevitable que a pesar de servirle a Jesucristo y tratar de portarnos lo mejor posible delante de los demás haya momentos en los cuales sentimos como si nos hubieran echado en un foso con leones.

Para Daniel los leones eran físicos eran leones de verdad, para nosotros esos leones pueden ser las deudas económicas, las dificultades en el hogar. Etc. Cada uno de nosotros podemos sentir que tenemos nuestro propio león, cual es el tuyo, solo tú lo sabes.

Lo importante no es el león el cual la vida nos lo puso al frente, lo importante es cuál es nuestra reacción frente a ese león.

Como vemos en la historia de Daniel él no se enfrentó a los leones, el simplemente dejo que Jehová actuara a su favor. V 22 “Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño, porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo

La razón que encontró el rey o la única explicación que encontró el rey frente a semejante milagro era que Daniel confió en Jehová. V 23 “Entonces se alegró el rey en gran manera a causa de él, y mandó sacar a Daniel del foso; y fue Daniel sacado del foso, y ninguna lesión se halló en él, porque había confiado en su Dios

Muchos de nosotros cuando estamos frente a nuestros leones preferimos enfrentarlos en nuestras fuerzas y no esperar en Jesucristo, es por esta razón que siempre terminamos devorados.

Solo cuando Daniel logro superar esta prueba de fidelidad y confianza en Jehová Dios lo prospero en todo. V 28 “Y este Daniel prosperó durante el reinado de Darío y durante el reinado de Ciro el persa” en los momentos difíciles es donde podemos probar nuestra fidelidad con Dios.

Muchos podríamos preguntarnos como puede ser prospera una persona que está en condición de esclavo y que no puede tener ninguna propiedad.

La verdadera prosperidad no es tener bienes materiales en abundancia a eso se le llama riqueza.

Ser prospero es tener la capacidad de vivir bien en cualquier situación que esté pasando, el apóstol Pablo era ejemplo de prosperidad. Filipenses 4: 12 “Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.

Si por diferentes razones difíciles de la vida sientes que estas en el foso de los leones no te desesperes, confía en Jehová y deja que el actué a tu favor, pronto sentirás que las cosas se mejoran pronto llegara el tiempo de tu prosperidad.