No todo el que trabaja en una oficina o empresa es alguien que sirve, algunos tan solo lo hacen motivados por su salario por lo tanto ellos hacen tan solo lo que les toca.
Esto mismo sucede en la vida espiritual, no todo el que se congrega en alguna iglesia es siervo. Algunos predican la palabra de Dios pero no porque le guste servir. Filipenses 1: 15 “Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros de buena voluntad.”
Hoy en día en muchas iglesias se le llama siervo a quien consideramos que es muy importante.
Para Jesucristo un líder no es solo aquel que tiene poder de convocación o que le gusta mandar, para Jesucristo un verdadero líder es aquel que sirve y por esto se le llama siervo. Mateo 20: 25-26 “Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad.
20:26 Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor,”
El capítulo 42 nos habla acerca del mesías. Jesucristo como ejemplo de siervo. Pero a través de él también podemos aprender nosotros los que pretendemos servir o al menos ser llamados siervos de Dios.
Como es un siervo de Dios.
1. Es Jesucristo quien lo Sostiene. V 1 a “He aquí mi siervo, yo le sostendré;” esto hace que no dependa de sus fuerzas ni de las fuerzas del mundo. Los siervos de Dios pueden experimentar la presencia de Dios aun en los momentos más difíciles.
No siempre la riqueza en exceso es muestra de ser llamado por Jesucristo, en la escases se puede ver la protección de Dios, los llamados con poco pueden hacer mucho.
2. No se auto Proclama Siervo, son sus actos lo que lo identifican. V 1 b “mi escogido,” el que es escogido por Dios no se carga cuando tiene que soportar las dificultades del ministerio. El Nació para eso.
El verdadero siervo no necesita de un título de líder para hacer lo que tiene que hacer, los falsos no actúan hasta no ser nombrados o proclamados.
3. El Espíritu de Dios es quien lo Impulsa a Actuar. 1 c “en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones.” esto le garantiza que lo que enseña no proviene de su propio intelecto ni se deja adoctrinar por el mundo. El que se deja dominar por el mundo empieza a secularizar la iglesia.
4. No se Impone a los Gritos, el poder no está en su forma de hablar el poder está en el respaldo de Jesucristo. V 2 – 3 “No gritará, ni alzará su voz, ni la hará oír en las calles. No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia.”
5. No se cansara. No importa los problemas o las dificultades siempre estarán dispuesto a seguir luchando. V 4 “No se cansará ni desmayará, hasta que establezca en la tierra justicia; y las costas esperarán su ley.” las fuerzas de un verdadero siervo provienen de Dios. 40: 31 “pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.”
6. Tiene la unción para restaurar vidas. V 6-7 “Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que moran en tinieblas.” el propósito de un verdadero siervo no es hacerse famoso ni gozarse al ver templos llenos. El gozo de un siervo es poder servir sin ningún interés. Brillar en medio de la oscuridad.
7. Un siervo se deja guiar por Jesucristo para poder guiar. V 16 “Y guiaré a los ciegos por camino que no sabían, les haré andar por sendas que no habían conocido; delante de ellos cambiaré las tinieblas en luz, y lo escabroso en llanura. Estas cosas les haré, y no los desampararé.” un verdadero siervo no necesita andar robando ovejas para llenar su local. A un verdadero siervo es Dios quien le entrega un pueblo al cual servir.
Cuando un siervo de Dios solo sirve para su propio beneficio e interés es porque ya está sordo no escucha la voz de Dios y ya está ciego no sigue su luz. V 18-19 “Sordos, oíd, y vosotros, ciegos, mirad para ver. ¿Quién es ciego, sino mi siervo? ¿Quién es sordo, como mi mensajero que envié? ¿Quién es ciego como mi escogido, y ciego como el siervo de Jehová”
Un siervo sordo y siego ya no guía lo único que le interesa es pasarla bien. Ya no predica para salvar almas a través de anunciar la verdad del evangelio. Predica para llenar establecimientos. V 20 “que ve muchas cosas y no advierte, que abre los oídos y no oye”
Si quieres ser siervo de Jesucristo tienes que estar dispuesto a servir y no a competir con los demás siervos de Cristo. Deja que Jesucristo te llene de su espíritu solo así podremos anunciar la verdad.