1. Aquellos que aprovechan los momentos buenos que están pasando para solo predicar o enseñar de prosperidad económica.
2. Otros que se han acostumbrado a una vida de mediocridad y odian oír sobre prosperidad.
El problema está en el manejo del concepto. Muchos confunden prosperidad con riqueza.
La verdadera prosperidad es integral no solo tiene que ver con materialismo. La verdadera prosperidad abarca tres áreas de nuestra vida.
1. En lo Material. Que seas prosperado en todo. V 2 a “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas.” en esta vida ejercemos cantidad de actividades para el cumplimento de nuestras metas o propósitos y para cada una de esas actividades necesitamos del factor dinero.
En lo material debemos tener en cuenta algunas cosas.
1.1.La verdadera prosperidad en lo material no es tenerlo todo la verdadera prosperidad es saber vivir bien en cualquier situación que estemos pasando, disfrutar si tenemos mucho y disfrutar si tenemos poco. Filipenses 4: 12 “Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.” esto no debe llevarnos a tener una vida de resignación
1.2.Dios nos dio la capacidad de hacer Riquezas. Deuteronomio 8: 18 “Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.” Si las riquezas fueran pecado Dios no nos daría el poder de conseguirlas.
1.3.El Dinero no es lo malo, lo malo es el amor al dinero. 1 Timoteo 6: 10 “porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.” Cuando amamos en extremo al dinero se nos convierte en prioridad y nos olvidamos de Dios, de nuestra familia y hasta de nosotros mismo.
2. En Nuestro cuerpo o en nuestra salud. V 2 b “, y que tengas salud,” un cuerpo sano puede funcionar de manera perfecta tanto en lo secular como en lo espiritual una persona enferma no produce lo necesario en ninguna área de su vida.
Dios quiere que estemos bien físicamente. Uno de los principios para amar a los demás es que nos amemos a nosotros mismos. Mateo 22: 39 “Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” si cuidamos nuestro cuerpo cuidamos a los demás. Efesios 5: 28 “Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.”
3. En Nuestra Alma. V 2 c “así como prospera tu alma” en nuestra alma están nuestras emociones y nuestras emociones están manejadas por nuestros pensamientos. Filipenses 4: 8 “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” nosotros sentimos lo que pensamos.
Nuestras emociones son muy importantes pero no podemos dejarnos manejar por ellas, el odio, el amor, la tristeza o la felicidad son emociones. Que en un momento dado nos pueden confundir a la hora de tomar una decisión importante.
Comportamiento de una persona Prospera.
1. Es Servicial mayormente con los desconocidos. V 5 “Amado, fielmente te conduces cuando prestas algún servicio a los hermanos, especialmente a los desconocidos,”
2. No es Egoísta. V 9 – 10 “Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe. Por esta causa, si yo fuere, recordaré las obras que hace parloteando con palabras malignas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo prohíbe, y los expulsa de la iglesia.”
3. Siempre Imita lo Bueno y no lo Malo. V 11 “Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios.”
La verdadera prosperidad es integral, en el cuerpo, en el alma y en lo material y además la prosperidad consiste en aprender a disfrutar en lo mucho o en lo poco, esto nos permite tener una excelente calidad de vida.