En la antigüedad la lepra era una enfermedad demasiado grave cobraba multitud de vidas y sobre todo cada persona enferma debía ser aislada del resto de personas del pueblo. V 46 “Todo el tiempo que la llaga estuviere en él, será inmundo; estará impuro, y habitará solo; fuera del campamento será su morada”
Otra característica de esta enfermedad es que causaba insensibilidad en el órgano que la padecía.
La insensibilidad era tal que la persona enferma podía lastimarse y no darse cuenta ya que no podía sentir dolor.
En estos tiempos ya no es tan común la lepra en el cuerpo, pero si podríamos decir que los seres humanos padecemos otro tipo de lepra. La lepra en el corazón.
Síntomas de la lepra en el Corazón.
1.Endurecimiento del Corazón. Uno de los síntomas de un corazón endurecido es que la capacidad de amar se va acabando. Mateo 24: 12 “y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará”
· 1.1. Cada vez tenemos más excusas para odiar que para amar, nos acordamos con más facilidad de lo malo que nos hacen y se nos olvida rápidamente lo especiales que son ciertas personas.
2.Envidia. salmos 73: 2-3 “En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; Por poco resbalaron mis pasos; Porque tuve envidia de los arrogantes, Viendo la prosperidad de los impíos.” cuando la lepra empieza a contaminar el corazón nos sentimos mal por el progreso de los demás.
· 2.1. Ese sentimiento de envida envenena el alma haciendo que la persona cada vez se sienta más desanimada y sin ganas de avanzar.
3.Amargura. Hebreos 12: 15 “Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que, brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados” una persona amargada no puede disfrutar de lo que tiene, todo le parece mal.
· 3.1. La amargura daña las buenas relaciones y el ambiente donde la persona amargada se encuentra.
4.Habla mal de los demás. Santiago 4: 11 “Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez” la persona que habla mal de los demás por lo general siempre se queda sola, es totalmente aislada como cualquier persona con lepra.
5.Incionforme con lo que es o con lo que tiene. Hebreos 13: 5 “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré” debemos estar contentos con lo que tenemos.
· 5.1. Esto no significa que debemos ser conformistas, debemos estar contentos con lo que tenemos mientras luchamos por conseguir algo mejor.
6.Juzga a los Demás. Mateo 7: 1 “No juzguéis, para que no seáis juzgados.” los prejuicios hacen que miremos mal a los demás y los despreciemos.
· 6.1. No hables mal de los demás sin conocer lo suficiente a la persona, muchas veces las apariencias engañan.
7.Se cree menos que los Demás. Job 25: 6 “¿Cuánto menos el hombre, que es un gusano,
Y el hijo de hombre, también gusano?” el menospreciarse hace que viva en amargura e infelicidad.
Y el hijo de hombre, también gusano?” el menospreciarse hace que viva en amargura e infelicidad.
· 7.1. Todos somos importantes pero diferentes, no trates de parecerte a los demás tú tienes algo que los demás no tienen y eso es lo que te hace especial.
Como quitar la lepra del Corazón.
1.Permitiendo que Jesucristo nos dé un Nuevo corazón. Ezequiel 36: 26 “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.” nuestro corazón muchas veces ya está demasiado dañado, por mucho que tratamos de cambiar no podemos.
· 1.1. Solo si Jesucristo nos da un nuevo corazón podremos vivir en alegría y verdadera Felicidad.
2.Tratando a los demás como nos gustaría que nos traten a nosotros. Mateo 7: 12 “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas” antes de juzgar o tratar mal a alguien piensa que eso mismo recibirás de los demás.
· 2.1. Todo lo que sembramos es lo que cosechamos, si siembras odio no puedes cosechar amor.
Todos los seres humanos tendemos a meter a nuestro corazón cosas que nos contaminan que nos hacen actuar de manera incorrecta, los problemas, las decepciones y muchas otras cosas dañan nuestro corazón. Solo Jesucristo y nuestra disposición pueden sanar nuestro corazón