En este mundo es normal que muchas veces las cosas no nos salgan como lo esperábamos.
Las personas de
éxito saben que antes de que se abra la puerta que estaban esperando para triunfar,
muchas puertas se les van a serrar por esta razón ellos nunca dejan de golpear
puertas hasta encontrar la que se les abrirá.
Los cristianos no creemos en la buena
o la mala suerte y tampoco nos confiamos de nuestra capacidad. El que abre y
cierra puertas es Jehová y su hijo Jesucristo. V 1 “Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano
derecha, para sujetar naciones delante de él y desatar lomos de reyes; para
abrir delante de él puertas, y las puertas no se cerrará”
En este mundo hay muchas personas muy
bien preparadas, tienen dos o tres carreras universitarias y a pesar de todo
eso nunca se le abren puertas de oportunidad, siempre van de fracaso en
fracaso.
Como hacer que se nos abran las
puertas de Oportunidad.
1. Dejando que sea Jehová quien nos
guie en el camino al éxito. V 2 “Yo iré
delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de
bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos;” en nuestra propia fuerza o
capacidad podemos ganar algunas batallas, pero Jesucristo nos lleva a ganar las
guerras.
2. Aceptando que es Jesucristo quien
nos da lo que necesitamos. V 3 “y te daré
los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy
Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre” los propósitos de Jesucristo para
nuestra vida sobrepasan a nuestros planes personales.
3. Confiando en la misericordia de
Dios. V 4 “Por amor de mi siervo Jacob, y
de Israel mi escogido, te llamé por tu nombre; te puse sobrenombre, aunque no
me conociste” si Dios nos ayuda no es porque lo merezcamos. Jehová abre puertas de oportunidad
solo porque él es bueno y aunque no lo merezcamos él nos ayuda.
4. Reconociendo que no hay otro Dios
más grande que Jehová. V 5-6 “Yo soy
Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no
me conociste, para que se sepa desde el nacimiento del sol, y hasta donde se
pone, que no hay más que yo; yo Jehová, y ninguno más que yo” tal
vez ya no tenemos ídolos colgados en la sala de nuestra casa, pero hemos
permitido que el dinero, el trabajo, la familia o nosotros mismos nos
convirtamos en Dioses.
5. No contradiciendo a Jehová. Él es
el Dios y nosotros solo sus siervos. V 9-10 “¡Ay del que pleitea con su Hacedor! ¡El tiesto con los tiestos de la
tierra! ¿Dirá el barro al que lo labra: ¿Qué haces? o tu obra: ¿No tiene manos?,
¡Ay del que dice al padre: ¿Por qué engendraste? y a la mujer: ¿Por qué diste a
luz?!” Jesucristo sabe cómo hace las cosas, a si no lo entendamos Jesucristo
abrirá las puertas que necesitamos para triunfar.
6. Creyendo que Jehová es el Dios que
hace posible lo que para el hombre es imposible. No importa cuán difícil sea lo
que has emprendido con Jesucristo será posible. V 14 “Así dice Jehová: El trabajo de Egipto, las mercaderías de Etiopía, y los
sabeos, hombres de elevada estatura, se pasarán a ti y serán tuyos; irán en pos
de ti, pasarán con grillos; te harán reverencia y te suplicarán diciendo:
Ciertamente en ti está Dios, y no hay otro fuera de Dios.” no
importa cuán difícil o imposible parezca lo que queremos lograr, con Jesucristo
es posible. Solo se necesita paciencia, Dios actúa en su momento no en el
nuestro.
7. No desplazando a Dios por ningún
ídolo. Los ídolos no solo son imágenes. Los ídolos para muchos pueden ser el
dinero, el trabajo, el deporte. Etc. Cualquier cosa que nos desvié de nuestros
compromisos espirituales o seculares pueden ser nuestros ídolos. V 16-17 “Confusos y avergonzados serán
todos ellos; irán con afrenta todos los fabricadores de imágenes, Israel será
salvo en Jehová con salvación eterna; no os avergonzaréis ni os afrentaréis,
por todos los siglos” los ídolos en forma de figuras de dioses o nuestros propios ídolos lo
único que hacen es alejarnos de nuestra Relación con Jesucristo.
8. Manteniendo nuestra mirada siempre
en Jesucristo. V 22 “Mirad a
mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay
más” cuando nuestra mirada se desvía de nuestras metas espirituales o
seculares siempre nos hace ir por el camino equivocado.
No importa cuán difícil parezca la
situación por la cual estemos pasando o cuantas puertas der oportunidades se
nos cierren, con Jesucristo siempre tendremos una nueva oportunidad de avanzar
hacia una vida de éxito. Jesucristo es experto en abrir puertas que parecen
imposible de abrirse.