Todos los seres humanos queremos vivir bien o al menos queremos vivir en paz en nuestro hogar y en nuestra sociedad.
Pero la
triste realidad es que cada día la humanidad vive peor la maldad aumenta
constantemente.
Todos los
seres humanos tendemos a ofender, cuando más queremos hacer lo bueno muchas
veces terminamos haciendo lo malo. Santiago 3: 2 “Porque todos ofendemos
muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz
también de refrenar todo el cuerpo.”
El problema
de actuar con maldad es que nuestro corazón se amarga impidiéndonos vivir en
felicidad. V 18 “Tu
camino y tus obras te hicieron esto; esta es tu maldad, por lo cual amargura
penetrará hasta tu corazón.”
Todas las
personas que actúan con maldad son infelices, nunca están satisfechas con nada,
no importa cuánto tengan siempre estarán renegando por algo.
Jesucristo
nos dice que la única forma de salir de la maldad es si tomamos la decisión de
lavar o limpiar nuestro corazón. Jeremías 4: 14 a “Lava tu corazón de
maldad, oh Jerusalén, para que seas salva.”
Nuestro
actuar está determinado por lo que hay en nuestro corazón, nuestro corazón es
como una caja de proyección, lo que queremos proyectar depende de la figura que
pongamos en el lente.
Lo que Proyecta nuestro corazón.
1. Nuestra
forma de hablar. Lucas 6: 45 “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca
lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque
de la abundancia del corazón habla la boca” si
queremos cambiar nuestra mala forma de hablar debemos cambiar lo que hay en
nuestro corazón.
2. Nuestra Actitud de Alegría o Amargura. Proverbios
15: 13 “El corazón alegre hermosea el rostro; Mas por el dolor
del corazón el espíritu se abate” las personas de mal genio
por lo general son aquellas que tienen endurecido su corazón.
Como salir de la Maldad.
1. Quitando
de nuestra mente los Pensamientos de Maldad.
Jeremías 4: 14 b “¿Hasta cuándo permitirás en medio de ti los
pensamientos de iniquidad?” mientras en nuestra mente se
mantengan pensamientos malos nuestro comportamiento será malo.
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1.1. Tomando la decisión de quitar
de nosotros toda maldad. 1 Pedro 2: 1 “Desechando, pues, toda
malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones”
nosotros somos quienes decidimos como queremos vivir llenos de maldad o por lo
contrario llenos de bondad.
·
1.2. La maldad en nosotros comienza
en nuestra mente. Filipenses 4: 8 “Por lo demás, hermanos, todo lo que
es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable,
todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza,
en esto pensad.” Tanto pensar mal de las otras personas nos hace
actuar con maldad.
2. Quitando
toda necedad de Nosotros. Jeremías 4: 22 a “Porque mi pueblo es
necio,” algunos de los sinónimos de necedad son: “tontería,
estupidez” debemos entender que la maldad no es más que una manera estúpida o
boba de actuar porque siempre termina haciéndonos daño a nosotros mismos. Quien
se hace daño a sí mismo es un tonto.
3. Conociendo
a Jehová. V 22 b “no me conocieron;” es imposible obedecer o
seguir a alguien a quien no se conoce. La única forma de enamorarnos de alguien
es si lo conocemos.
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3.1. Buenos Tiempos de Oración. La
oración no solo debe ser para pedir también debemos orar en agradecimiento y para
expresarle a Dios palabras de Amor.
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3.2. Buenos Tiempos de estudio de
la Palabra. No basta solo con leer la biblia, es necesario utilizar lápiz y
papel y sobre todo la inspiración del espíritu santo.
4.
Estudiando o Adquiriendo conocimiento todo lo Relacionado con Jesucristo, su
Pueblo y sus Leyes. V 22 c “son hijos ignorantes y no son entendidos; sabios
para hacer el mal, pero hacer el bien no supieron” muchas
personas se congregan por la necesidad de un Milagro, pero nunca disponen de un
tiempo para estudiar a profundidad la palabra de Dios, muchos tan solo se
limitan a leerla.
El pueblo
de Dios se perdió por falta de conocimiento. Oseas 4: 6 “Mi pueblo fue
destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento,
yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo
me olvidaré de tus hijos.” el pueblo
de Dios no se perdió por falta de milagros se perdió por falta de conocimiento,
los milagros no salvan solo nos hacen vivir bien.
Todos somos
pecadores por naturaleza, pero debemos tomar la decisión de salir de la maldad,
mientras nuestra mente esté ocupada por pensamientos de maldad nos será
imposible alejarnos del mal.