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Ezequiel 32. No ensucies la vida

 

El agua es un líquido vital en nuestra vida que tranquilamente podríamos decir que el agua es vida.

El agua es un elemento de vital importancia en los seres vivos. Las plantas están formadas por mucha cantidad de agua, hasta un 80 % es agua. La mayoría de reacciones químicas y bioquímicas del organismo de un animal necesita que esté presente el agua de una u otra manera. El cuerpo necesita el agua para eliminar toxinas y residuos. 

Al cabo del día, el cuerpo pierde por traspiración y por orina hasta 2 litros diarios que deben ser recuperados en la alimentación. Superando el 15 al 20 % de pérdida de agua en peso, el organismo puede llegar a fallecer por la falta de agua.

Es por ello que el agua juega un papel determinante de suma importancia para el correcto funcionamiento fisiológico de los seres vivos.

Para los peces el agua es su mundo por naturaleza, es su hábitat. Una manera interesante y efectiva que tienen algunos pescadores para tener una gran pesca es enturbiando el agua, cuando el agua está sucia los peces se confunden y son presa fácil para el pescador y sus redes.

Egipto no era comparado como un gran león fuerte y poderoso, era comparado como un pequeño leoncillo, que para poder coger su presa lo que hacía era enturbiar el agua con sus patas.

 Muchas personas son como un pequeño e indefenso leoncillo que lo único que hacen es enturbiar o ensuciar nuestra vida. Ezequiel 32: 2 “Hijo de hombre, levanta endechas sobre Faraón rey de Egipto, y dile: A leoncillo de naciones eres semejante, y eres como el dragón en los mares; pues secabas tus ríos, y enturbiabas las aguas con tus pies, y hollabas sus riberas.

Como ensucian nuestra vida.

1. Comentarios desagradables. Muchas personas llevadas por la envidia dicen cosas para herir nuestro corazón.

·       1.1. Cada uno de nosotros debemos desarrollar la capacidad de saber a quién escuchamos o a quien le permitimos involucrarse en nuestra vida.

·       1.2. Si las demás personas solo te llaman para hablar mal de los demás, de tus familiares o amigos es mejor que pienses muy bien si vale la pena escucharlos.

2. influenciándonos a cambiar nuestras buenas costumbres. 1 corintios 15: 33 “No os dejéis engañar: «Las malas compañías corrompen las buenas costumbres».” El adagio popular dice: dime con quién andas y te diré quien eres.

·       2.1. Los seres humanos somos emocionales por esta razón somos fácilmente influenciables. Muchas veces terminamos actuando de la misma forma que los demás.

Las dificultades o el enojo también pueden turbar nuestra vida.

No tomes decisiones cuando los ánimos están alborotados, la ira no nos deja pensar y muchas veces hablamos cosas de las cuales después tenemos que arrepentirnos.

Cuando tengas problemas en el hogar, en el trabajo o en cualquier otro lugar, y estés enojado por ello, es mejor esperar a que te calmes antes de hablar, por eso en el mundo nos dicen: respire y cuente hasta diez. Dios es quien se encarga de darnos paz en medio de la tormenta.

Cuando el agua esta turbia y la queremos utilizar lo mejor es dejar que repose, que se asiente la mugre. Solo Cristo puede asentar nuestras aguas. Ezequiel 32: 14 “Entonces haré asentarse sus aguas, y haré correr sus ríos como aceite, dice Jehová el Señor.

Nuestra forma negativa de pensar y las malas compañías siempre terminan ensuciando nuestra vida, antes de relacionarte con alguien mira muy bien quien es o cómo es su vida, no todos los que se llaman nuestros amigos lo son.