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Ezequiel 36. Un pueblo productivo

 

La clave para que una familia, una comunidad o una empresa prospere está en su capacidad de productividad.

Por lo general los países donde sus habitantes o ciudadanos solo exigen que el estado les de todo lo que necesitan se convierten en países improductivos si todos piden que se les dé regalado y no producen lo único que generan es pobreza.

Jehová quería que su pueblo saliera de la pobreza y fuera un pueblo prospero. Dios quiere restaurarnos para que en sus manos seamos de gran utilidad. V 8 “Mas vosotros, oh montes de Israel, daréis vuestras ramas, y llevaréis vuestro fruto para mi pueblo Israel; porque cerca están para venir.

Dios quiere que demos fruto para él. Romanos 7: 4 “Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.

Dios no solo quiere darnos salvación y vida eterna, él también quiere darnos una vida prospera. V 10-11 “Y haré multiplicar sobre vosotros hombres, a toda la casa de Israel, toda ella; y las ciudades serán habitadas, y edificadas las ruinas.  36:11 Multiplicaré sobre vosotros hombres y ganado, y serán multiplicados y crecerán; y os haré morar como solíais antiguamente, y os haré mayor bien que en vuestros principios; y sabréis que yo soy Jehová.”

A muchas personas nos gustaría tener una vida de abundancia y prosperidad, vemos a quienes ya lo han logrado y quisiéramos ser como ellos, el problema es que queremos la prosperidad de ellos mas no queremos vivir los sufrimientos que ellos tuvieron que pasar para lograr la prosperidad que tienen.

Entre mas prósperos queremos ser más dificultades tenemos que pasar, no es lo mismo ser bendecidos con una libra de papas en nuestros hombros a ser bendecidos con un bulto de papas en nuestros hombros, entre más bendiciones recibimos más esfuerzo necesitamos.

Como logramos tener una vida Productiva.

1. Siendo labrados y sembrados. V 9 “Porque he aquí, yo estoy por vosotros, y a vosotros me volveré, y seréis labrados y sembrados.” Imagínate por un momento que esa tierra estuviera viva y con sentimientos, como se sentiría al momento de ser labrada o de arada, cuando las cuchillas de la maquina entren hasta lo más profundo de su corazón y le volteen lo de adentro para afuera y lo de afuera para adentro. Sería muy doloroso ¿verdad?

·       1.1. Una forma de ser labrados es sacándonos del acomodamiento o de nuestra zona de confort. Cuando nos sentimos cómodos con algo dejamos de luchar por algo mejor.

2. Ser lavados, toda buena semilla primero es lavada para quitarle toda impureza. V 25 “Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré.”

·       2.1. Muchos necesitamos renunciar a nuestros temores y miedos, el miedo al cambio, el miedo al que dirán, el miedo al fracaso. Etc.

·       2.2. Solo cuando estamos dispuestos al cambio y al esfuerzo podemos disfrutar de la multiplicación. V 29-30 “Y os guardaré de todas vuestras inmundicias; y llamaré al trigo, y lo multiplicaré, y no os daré hambre.  36:30 Multiplicaré asimismo el fruto de los árboles, y el fruto de los campos, para que nunca más recibáis oprobio de hambre entre las naciones.

·       2.3. Los complejos y diferentes traumas nos impiden avanzar y crecer. V 33 “Así ha dicho Jehová el Señor: El día que os limpie de todas vuestras iniquidades, haré también que sean habitadas las ciudades, y las ruinas serán reedificadas.” Jesucristo nos limpia y nos hace nuevos.

3.Permitiendo que Jesucristo nos dé un nuevo corazón. V 26 “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.” El corazón significa nuestras emociones.

·       3.1. Las personas de éxito son aquellas que no permiten que sus emociones los domine, las emociones sin control nos hacen tomar malas decisiones.

Lo contrario a productividad es esterilidad las grandes empresas, familias e instituciones son aquellas que nunca dejan de producir. Las personas o empresas que viven en fracaso son aquellas que han perdido la capacidad de producir.