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Lucas 8. Con la palabra en el corazón.

 

Para Jesucristo la palabra de Dios es la semilla y nuestro corazón es la tierra abonada donde esa semilla puede germinar, crecer y dar mucho fruto.

La verdad es que nuestro corazón es un terreno abonado para hacer crecer cualquier tipo de semilla que en el podamos plantar. A si como podemos plantar la palabra también podemos plantar cualquier otro sentimiento como la amargura o la envidia. Hebreos 12: 15 “Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados

La única forma de prosperar en cualquier área de nuestra vida, sea familiar, comercial, estudiantil, social o espiritual es si somos fructíferos, es decir si tenemos la capacidad de dar frutos.

Los frutos de un empresario son sus utilidades, los frutos en una familia es la armonía y los valores en sus miembros, los frutos en el estudiante indudablemente son sus buenas calificaciones y rendimiento académico, en lo social los frutos son su buen comportamiento y en lo espiritual los frutos son aquellas acciones que provienen del conocimiento de la palabra de Dios. Evangelizar, discipular, servir. Etc.

Sería bueno hacernos un autoanálisis y preguntarnos cuales son los frutos que estamos dando en cada una de esas áreas de nuestra vida.

Para que algo de fruto lógicamente debe partir de una semilla, sin semilla no hay fruto y por supuesto tampoco habrá cosecha.

En lo espiritual.

1. La semilla es la palabra de Dios, cada vez que evangelizamos estamos plantando la semilla del reino de Dios en el corazón del ser humano o en el corazón de la persona a quien le compartimos la palabra. V 11 “Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios

·       1.1. La pregunta que deberíamos hacernos es: ¿si estamos sembrando palabra de Dios? O solo estamos hablando de nuestro propio parecer.

·       1.2. Para poder sembrar la palabra de Dios en el corazón de otra persona, primero debemos conocerla nosotros. El problema es que cada vez estudiamos menos la palabra.

·       1.3. Por eso la nueva forma de evangelizar ya no es a la luz de la palabra, ahora se evangeliza con argumentos humanos.

·       1.4. Nadie da de lo que no tiene, si a los cristianos nos da pereza hacer devocionales y tener estudios bíblicos lo más normal es que al evangelizar solo hablemos de las bondades de nuestra iglesia a nivel humano.

2. Debemos tener un corazón dispuesto a recibir la palabra de Dios, que es la semilla. Solo un corazón dispuesto puede hacer germinar la semilla para que dé frutos. V 15 “Mas la que cayó en buena tierra, estos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.

·       2.1. Vive de acuerdo a la palabra. Un cristiano con la palabra de Dios en su corazón no necesita anunciar a los cuatro vientos que es cristiano, sus frutos lo demuestran, su comportamiento dice que es un cristiano.

·       2.2. Estas seguro que tu comportamiento dice que eres cristiano o en el templo te comportas de manera santa y en la calle y en la casa de manera muy diferente.

Cuando no tenemos un corazón abonado para la palabra de Dios cualquier cosa de este mundo nos puede dejar sin frutos duraderos.

Nunca dejes de estudiar la palabra de Dios, es la única que puede hacer que vivamos una vida cristiana coherente con los mandamientos de Jesucristo, la palabra en nuestro corazón hace que podamos resistir a los ataques de satanás a través de las tentaciones de este mundo.