22_06

Marcos 2. Fe a Prueba de Todo

 

Todos los cristianos de alguna forma decimos tener Fe, es más podríamos decir que es obligación que todo cristiano tenga Fe, de lo contrario no podría llamarse cristiano.

Para comprobar lo valioso de lo que decimos tener es necesario someterlo a prueba.

Si tenemos una joya que decimos es de oro fino, para demostrarlo es necesario someter esa joya a una prueba química que nos garantice que en realidad tiene algún valor.

Un adagio popular dice: nadie pude decir que esa persona es su mejor amiga, si antes no ha tenido una pelea con ella, solo en las confrontaciones con los demás es que sabemos si en realidad era un amigo o no.

En las discusiones con los demás es que sabemos en realidad de que están hechos o que tienen dentro en su corazón. Recuerda que la boca habla de lo que hay en el corazón. Lucas 6: 45 “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo que es bueno; y el hombre malo, del mal tesoro saca lo que es malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca.

La herramienta perfecta para probar la verdadera amistad de quienes dicen ser nuestros amigos es la confrontación.

Cuando nuestros amigos o los que dicen ser nuestros amigos se enojan con nosotros es cuando nos dicen hasta de, que nos vamos a morir o como se dice en el mundo secular: nos sacan todos los trapitos al sol.

De igual manera en el mundo cristiano las diferentes dificultades y problemas se convierten en la herramienta perfecta para probar la autenticidad de nuestra Fe.

Es en los problemas donde la presencia de Jesucristo se manifiesta de manera poderosa, muchas veces la fe no nos lleva a evitar los problemas, pero si nos lleva a resistir con la confianza de que Jesucristo siempre estará con nosotros. Isaías 43: 2 “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.

En este capítulo podemos ver como cuatro amigos muy conocedores de lo que Jesucristo era capaz de hacer, en ningún momento dudaron para quitar las tejas de la casa donde estaba Jesús y llevarle a su amigo paralitico. Marcos 2: 4 “Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico.

Creer en que Jesucristo puede hacer un milagro cuando las cosas no están complicadas no es Fe, cuando las cosas parecen perdidas y no se sabe que hacer es cuando la verdadera fe se pone a prueba.

Este tipo de fe es la que se necesita para ser un verdadero intercesor, Jesús no tuvo en cuenta la fe ni la condición del enfermo, Jesús lo sano y le perdono sus pecados motivado por la fe de los amigos del enfermo.

Había una multitud y un techo que separa a Jesús de estas personas de fe, pero para ellos no fue ningún impedimento, se arriesgaron a ser maltratados por el dueño de la casa que posiblemente no vio con agrado que la destecharan.

Posiblemente a nosotros no nos separa de Jesucristo una multitud o un techo, pero si puede ser la duda, los mismos problemas por los cuales podemos estar pasando o quizá la incredulidad de la gente con quien nos relacionamos.

La única forma de ver el poder de Dios a nuestro favor es si estamos dispuestos a quitar cualquier impedimento o estorbo que nos aleja de Jesucristo.