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1 corintios 9. El trabajo otorga Salario.

 

Las leyes de toda nación exigen un salario justo a quien de manera eficiente realiza su trabajo.

Jehová es un Dios de leyes por lo tanto él es el primero en defender ese derecho.

Muchos cristianos que su naturaleza es la tacañería no les gusta reconocer económicamente el esfuerzo, el trabajo y la dedicación de los siervos que Entregan si vida a preparar alimento espiritual para quien lo necesite.

La iglesia de corinto tenía ese problema, le costaba reconocer el esfuerzo del Apóstol Pablo.

El Apóstol Pablo reclamaba lo que Dios le había prometido y lo que él creía era justo. V 3-4 Contra los que me acusan, esta es mi defensa: ¿Acaso no tenemos derecho de comer y beber?” El cristiano tacaño es feliz recibiendo todo gratis, cuando tiene que aportar con algo dice: la palabra de Dios no se cobra y se va a otro lugar donde le regalen todo.

No se debe cobrar por predicar, pero si mientras tu estas trabajando acumulando dinero el siervo que te alimenta diariamente de la palabra tiene que dejar de trabajar como tú lo haces, entonces si se le debe reconocer el tiempo que él lo dedica a ti y la comunidad.

Dentro de la justicia de Dios está en recompensar a quien le sirve de corazón y sobre todo a quien lo hace de tiempo completo. V 7 “¿Quién fue jamás soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta viña y no come de su fruto? ¿O quién apacienta el rebaño y no toma de la leche del rebaño?”

El que el siervo de Dios viva del evangelio no era una simple proposición de Pablo, es algo decretado por Dios. V 8-9 “¿Digo esto sólo como hombre? ¿No dice esto también la ley? 9:9 Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. Tiene Dios cuidado de los bueyes,

La palabra de Dios es muy clara en cuanto al reconocimiento de sus siervos. V 14Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.Y esto es algo que también lo compartían los demás discípulos Mateo 10: 9- 10 No os proveáis de oro, ni plata, ni cobre en vuestros cintos; 10:10 ni de alforja para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado, ni de bordón; porque el obrero es digno de su alimento.

Si un pastor dedica su vida para instruir al pueblo de Dios y sobretodo lo hace de manera muy eficiente es natural que tenga también beneficio de lo que hace. V 11 “Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo material?

Los de Corinto eran personas pudientes, pero también muy tacañas, por esta razón pablo prefería no recibir de ellos reconocimiento económico alguno. V 18 ¿Cuál, pues, es mi galardón? Que, predicando el evangelio, presente gratuitamente el evangelio de Cristo, para no abusar de mi derecho en el evangelio.

Pablo más adelante aclara que él no recibe salario de los de Corinto, pero si lo hace de otras iglesias. 2 Corintios 11: 7- 8 ¿Pequé yo humillándome a mí mismo, para que vosotros fueseis enaltecidos, por cuanto os he predicado el evangelio de Dios de balde?  11:8 He despojado a otras iglesias, recibiendo salario para serviros a vosotros.

La iglesia de macedonia se encargaba de las necesidades de Pablo. V 9 “Y cuando estaba entre vosotros y tuve necesidad, a ninguno fui carga, pues lo que me faltaba, lo suplieron los hermanos que vinieron de Macedonia, y en todo me guardé y me guardaré de seros gravoso” si tú eres como los de corinto no ayudes económicamente, pero tampoco critiques a quienes sí reconocen el esfuerzo del siervo de Dios.  

La salvación y el servicio a Dios es como una carrera, solo gana el que corre, no importa si llegas de primero o no, lo importante es que estés en la carrera; lo importante es que cuando corras siempre corras como para ganar. No dejes que los prejuicios de otros cristianos detengan tu correr. V 24-25 ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis 9:25 Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.

Dios es justo y mira el trabajo de cada uno para galardonar, ¿porque tú no haces lo mismo? Mira al pastor de tu congregación analiza todo lo que él hace. Y pregúntate ¿Por cuánto tú harías lo mismo? Si tú consideras que deberían reconocerte lo que haces, entonces porque te admiras que al siervo de Dios se le reconozca su trabajo.