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1 Pedro 4. Controlando el pecado

 

En este mundo es normal que de manera diaria tengamos que lidiar con el pecado, todos los días tenemos la oportunidad de hacer algo malo o desagradable delante de Dios y de los hombres.

Jesucristo lucho en la carne y logro acabar con el pecado. V 1 “Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado” Jesucristo es nuestro ejemplo a seguir o imitar.

Todos los días sentimos que golpean la puerta de nuestro corazón, al ver por la rendija de nuestra alma encontramos que en la puerta de nuestro corazón se encuentran: Jesús y el pecado, la decisión a quien le permitimos entrar es nuestra.

1. Jesús. Apocalipsis 3: 20 “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

2. El Pecado. Génesis 4: 7 “Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.

Como controlar el Pecado.

1. Entendiendo que ya suficiente nos hemos dedicado al pecado es hora de cambiar.  V 3 “Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías.

2. Aceptando que a quienes andaban con nosotros en el pecado no les gustara nuestro cambio. V 4-5 “A éstos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan; pero ellos darán cuenta al que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos.

3. Manteniéndose siempre en Oración. V 7 “Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración.” la Oración no solo debe servir para pedir milagros de sanidad o de prosperidad. A través de la Oración nos podemos mantener firmes y no retroceder.

4. Teniendo Amor los unos por los otros. V 8 “Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados.” el amor hace que no provoquemos la caída de los demás y el amor a nosotros mismos hace que no caigamos.

5. No murmurando contra los demás. V 9 “Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones.” la murmuración hace que nos descuidemos y caigamos en pecado. Nunca pienses que eso malo nunca te pasara a ti.

6. Manteniéndose en servicio. V 10 “Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.” el mantenerse en actividad hace que se mantenga alejado del pecado. Un cristiano ocioso siempre tiene tiempo para enredarse en cosas del mundo.

7. Haciendo todo conforme a la voluntad de Dios. V 11 “Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.” los cristianos que hacen lo que a ellos les parece tienen la tentación de alejarse de Dios.

8. Viendo las pruebas y las tentaciones como algo natural. V 12 “Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese” es normal que seamos tentados, no es normal que caigamos en la tentación.

9. No avergonzándose de pasar por momentos de prueba. V 16 “pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello.” Las pruebas no vienen por falta de espiritualidad, entre más entregados a la obra seamos más tentaciones vamos a tener.

10. Entendiendo que Jesucristo Juzgara a todos sin acepción de personas. V 17-18 “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios? Y: Si el justo con dificultad se salva, ¿En dónde aparecerá el impío y el pecador?” esto nos ayudará a mantenernos siempre en alerta. El saber que tenemos algo que perder hace que nos cuidemos, los que creen que ya son totalmente salvos nada tienen que perder por lo tanto nada que cuidar.

Nadie está exento de no pecar o de no ser tentado. Jesucristo con su ejemplo nos enseñó que podemos desechar el pecado de nuestra vida, el pecar o no pecar es nuestra decisión.