Los hijos estamos para ser bendición para nuestros padres, nuestra familia y la sociedad en general.
Que los
hijos sean una gran bendición y en lo peor de los casos que sean una maldición depende
de los padres.
Por décadas
siempre hemos dicho algo que ya lo consideramos una verdad en nuestra vida,
decimos: hay escuela para todo, pero no hay escuela para saber cómo ser padres.
La verdadera
escuela donde se forman hombres y mujeres para el futuro es la casa, la familia
o el hogar y los profesores somos los padres de familia.
Nuestros hijos
son unos excelentes estudiantes, aprenden de manera muy rápida todo lo que
nosotros les enseñamos o les trasmitimos, el problema es que mientras ellos son
muy buenos estudiantes muchos de nosotros somos muy malos profesores.
Como formar hijos de Bendición.
1.
Planificando el nacimiento de nuestros hijos. Planificar el nacimiento de
nuestros hijos nos permite estar preparados.
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1.1. Debemos prepararnos de manera económica
y de manera emocional, nuestras emociones y exceso de amor pueden inducirnos a
ser malos padres.
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1.2. Debemos tener los recursos necesarios
para su crianza y en lo posible ahorros suficientes para invertirlos en su
futuro estudiantil.
2. Antes de
engendrarlos ya debemos declarar que ellos serán para nuestro descanso o que serán
una bendición. V 29 “y llamó su nombre Noé,[a] diciendo: Este nos aliviará de nuestras
obras y del trabajo de nuestras manos, a causa de la tierra que Jehová maldijo.”
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2.1. Las palabras tienen poder. Como
te refieres a tus hijos, como unos hijos de bendición así sean algo inquietos. O
los marcas con palabras tales como: este es un travieso, este parece el diablo.
Etc.
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2.2. Como quieres que sea tu hijo
cuando grande, empieza a declarar sobre su vida palabras que lo identifiquen
con lo que tu deseas que sea el día de mañana.
3. Debemos
pedirle a Jesucristo que nos enseñe como debemos guiar a nuestros hijos. Jueces
13: 8 “Entonces
oró Manoa a Jehová, y dijo: Ah, Señor mío, yo te ruego que aquel varón de Dios
que enviaste, vuelva ahora a venir a nosotros, y nos enseñe lo que hayamos de
hacer con el niño que ha de nacer” Manoa no tenía
experiencia como padre y la única forma de llegar a ser un buen padre seria con
la ayuda de Jehová.
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3.1. Antes de engendrar un hijo deberíamos
pedirle a Jesucristo que nos de sabiduría para poder corregirlo y formarlo de
manera correcta.
4. Corrigiendo
de manera oportuna. La corrección da sabiduría. Proverbios 29: 15 “La vara y la
corrección dan sabiduría; Mas el muchacho consentido avergonzará a su
madre.” La sociedad
cada día está más en decadencia porque los padres han delegado la corrección de
sus hijos a los colegios y a las diferentes autoridades civiles de la nación.
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4.1. Solo a través de la corrección
es como llegamos a la perfección, sin corrección no hay perfección.
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4.2. No podemos confundir corrección
con maltrato, la corrección sin amor es maltrato, el amor sin corrección es alcahuetería.
5. Corrige
para Instruir. V 17 “Corrige a tu hijo, y te dará descanso, Y dará alegría a tu
alma.” Un hijo con buena educación es
el orgullo de la familia y lógicamente causa alegría.
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5.1. Un hijo sin corrección se
convierte en carga, un hijo con corrección ayuda con las cargas de la familia.
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5.1. Involucra a tus hijos en lo
que haces en el hogar y en el trabajo, tu hijo no te puede ayudar a llevar las
cargas si no sabe lo que haces.
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5.2. De nada sirve que trabajes
duro para dejarles a tus hijos una importante herencia, si nos los involucras o
no los entrenas para que la puedan administrar.
De nosotros
los padres depende que nuestros hijos sean una bendición o una maldición. Pídele
a Jesucristo sabiduría para poderlos guiar de manera correcta.