Todos quienes hemos leído la biblia conocemos la historia de Jacob y su engaño a Esaú, por eso no la volveremos a ver.
Pero si
veremos cómo comenzó este engaño de Jacob, todos vemos a Jacob como el
engañador y mentirosos, pero se nos olvida de la persona que estaba tras de
todo esto.
Génesis 27: 6 “Entonces Rebeca habló
a Jacob su hijo, diciendo: He aquí yo he oído a tu padre que hablaba con Esaú
tu hermano, diciendo: 7Tráeme caza y hazme un guisado, para que
coma, y te bendiga en presencia de Jehová antes que yo muera. 8Ahora,
pues, hijo mío, obedece a mi voz en lo que te mando.”
Todos ejercemos influencia en los demás o en nuestro entorno y, a su vez, somos influidos por los otros y las circunstancias. Es inevitable, somos seres sociales dependientes de los demás y vivimos en una sociedad muy compleja en la que es imposible tomar en cuenta y controlar todos los factores.
En una gran parte de ocasiones esa influencia es positiva y bienintencionada. Por ejemplo, cuando educamos a los niños ejercemos una gran influencia sobre ellos, les moldeamos hacia valores que nos parecen los más sanos, les enseñamos lo bueno y lo malo y que las cosas tiene consecuencias.
Intentamos ejercer una sana influencia, al igual que lo hacen nuestros maestros o mentores, nuestra pareja, nuestros amigos están llenos de buenas intenciones y de buenas influencias. Los niños también ejercen una influencia en nosotros y, muchas veces, "nos manipulan".
cuando lloran y les damos lo que quieren sin pensar si es correcto o no, si era lo que realmente necesitaban..., al verles llorar y llorar caemos en sus redes ya que no soportamos verles sufrir, pero ellos aprenden una estrategia magnífica para manipularnos el resto de las veces y así conseguir a través del chantaje emocional lo que ellos quieren en ese instante.
Y desde ese momento serán manipuladores y chantajistas en potencia salvo que les conduzcamos a ser también buenos "influenciadores" en los demás y no caigamos en sus redes.
La manipulación también se la conoce como chantage Emocional. Es una forma de control que lleva a manipular a otra persona para ganar en seguridad y confianza. La persona que hace el chantaje provoca sentimientos negativos para guiarte por el camino que te quiere llevar. A pesar de parecer algo maquiavélico, es algo mucho más común de lo que puedas imaginar.
De hecho, es muy probable que alguna vez te
hayas visto envuelto en una situación de chantaje emocional. Y es que es algo
que se hace de forma inconsciente en la búsqueda de poder en una relación, lo
que hace aún más difícil su detección.
Algunos imponen su chantaje a través de la fuerza enojándose cuando
aceptas sus pretensiones o en algunos casos se hacen las enfermas para
doblegarte, el problema es que tanto se acostumbran a vivir de esta forma
chantajista, que en verdad se vuelven unas personas de malgenio y en el caso de
quienes se hacen los enfermos es tal su costumbre a esta práctica que
lastimosamente su mente atrae esas enfermedades y lo que comenzó como una farsa,
se le convierte en una lamentable realidad, ahora en su cuerpo tienen todas las
enfermedades que se pueda imaginar.
Como evitar la Manipulación.
1. Conoce muy bien a la otra persona. La palabra de Dios dice que a las
personas las conocemos por sus frutos. El conocer como son los demás hace que
nos demos cuenta cuando están tratando de manipularnos.
2. Ten seguridad de lo que eres o de lo que haces. Las personas que no
saben de qué son capaces o quienes son se vuelven vulnerables a la manipulación.
3. Amate a ti mismo, si no te amas buscaras personas que llenen tus vacíos
y serás fácil de manipular.