Las águilas son una de las aves más esplendorosas y poderosas, Pero para sobrevivir, tienen que aprender a volar. Por eso ella hace que sus pequeñuelos ejerciten sus alas por medio de participar en juegos que consisten en saltar del nido. Y cuando los pequeñuelos están listos, el águila “revuelve su nido”. Atrae y empuja a los renuentes volantones hacia la orilla del nido. Algunos aguiluchos valientemente intentan volar. ¡Los menos valerosos son empujados al aire sin miramientos!
No obstante, la madre está lista para
abalanzarse y colocarse debajo de ellos, y hasta “llevarlos sobre sus plumas remeras”
... tan solo para lanzarlos de nuevo hasta que aprendan a volar.
Horeb es el
monte de Dios y podríamos decir y estamos seguros que estar en la presencia de
nuestro padre celestial es maravilloso, estar al cuidado de nuestros padres
puede resultar algo muy cómodo para nosotros los hijos.
Jehová
quería que su pueblo fuera un pueblo especial aguerrido y conquistador y la
verdad es que quedándose toda la vida escondidos en el monte no iba a ser
posible. V 6 “Jehová nuestro Dios nos habló en Horeb, diciendo: Habéis
estado bastante tiempo en este monte.”
Los seres
humanos por lo general confundimos proteger con sobreproteger.
Sobreproteger
es hacerle todo lo que nuestros hijos tienen que hacer y de esta manera
inutilizarnos de tal manera que por sí solos les es imposible valerse.
La mejor
manera de hacer de nuestros hijos personas de éxito es enseñándoles a volar.
Salir del nido no necesariamente es abandonar la casa, desde el interior de la
casa pueden ser personas responsables de sí mismo.
Como Enseñar a volar a nuestros Hijos.
1.
Dejándolos que enfrenten su situación. V 7 “Volveos e id al monte del amorreo y a todas sus comarcas,
en el Arabá, en el monte, en los valles, en el Neguev, y junto a la costa del
mar, a la tierra del cananeo, y al Líbano, hasta el gran río, el río Eufrates.”
era necesario que el pueblo de Israel se enfrentara a sus enemigos. Si nuestros
hijos no aprenden a responsabilizarse de sus actos siempre serán unos
Mediocres.
2.
Dejándolos que luchen por lo que quieren. V 8 “Mirad, yo os he entregado la tierra; entrad y poseed la
tierra que Jehová juró a vuestros padres Abraham, Isaac y Jacob, que les daría
a ellos y a su descendencia después de ellos.” El adagio popular dice nadie valora lo que no
le cuesta.
3.
Haciéndoles entender que el camino al éxito es en Equipo. V 9 “En aquel tiempo yo os
hablé diciendo: Yo solo no puedo llevaros.” Muchos
exigen derechos de familia, pero se olvidan que son familia cuando se trata de
aportar.
4.
Enseñándoles lo que tienen que hacer. V 18 “Os mandé, pues, en
aquel tiempo, todo lo que habíais de hacer.” la única
forma de que nuestros hijos hagan algo en la casa es si están seguros de lo que
tienen que hacer.
5.
Permitiéndoles que conozcan nuestras travesías. V 19 “Y salidos de Horeb, anduvimos todo aquel grande y terrible
desierto que habéis visto, por el camino del monte del amorreo, como Jehová
nuestro Dios nos lo mandó; y llegamos hasta Cades- barnea”
si nuestros hijos saben que no siempre hemos tenido lo que hoy tenemos no solo
lo van a valorar también serán agradecidos con Dios.
6.
Motivándolos a que luchen por sus Ideales. V 21 “Mira, Jehová tu Dios te ha entregado la tierra; sube y toma
posesión de ella, como Jehová el Dios de tus padres te ha dicho; no temas ni
desmayes” cuando nuestros hijos no pueden hacer algo no
debemos minimizarlos por eso, antes por lo contrario, debemos hacerles ver que
si se esfuerzan podrán conseguir lo que quieren.
Es
necesario evitar palabra que los ridiculizan o que los hacen sentir inferiores
e incapaces, es mejor decirles: tú eres capaz, eres inteligente, solo te
descuidaste un poco, vuelve a intentarlo. Etc.
7.
Enseñándoles a depender de Dios más que de nosotros. V 30 “Jehová vuestro Dios,
el cual va delante de vosotros, él peleará por vosotros, conforme a todas las
cosas que hizo por vosotros en Egipto delante de vuestros ojos.”
Nuestros hijos deben entender que no dependen de nosotros los padres, ni del
dinero que puedan tener.
8.
Recordándoles que si Dios no está con nosotros en vano es nuestro esfuerzo y
preparación. V 42 “Y Jehová me dijo: Diles: No subáis,
ni peleéis, pues no estoy entre vosotros; para que no seáis derrotados por
vuestros enemigos.” Los
títulos y el dinero no determinan nuestro éxito solo nos ayudan a mejorar, lo
que determina el éxito en una persona es la presencia de Dios. Hay muchas
personas con dos o tres títulos universitarios y están desempleados.
9.
Entrenándolos para la Batalla. Salmos 144: 1 “Bendito sea Jehová, mi roca, Quien adiestra mis manos para
la batalla, Y mis dedos para la guerra;”