Jesucristo sabe que en este mundo es necesario los recursos económicos para poder lograr lo que nos proponemos.
El propósito
de Salvación no es la excepción y para ello Cristo ha dejado a los siervos una
herencia económica la cual está en las manos de todos los miembros del pueblo
de Dios, el pueblo de Dios somos como los albaceas, mensualmente es nuestra obligación
y responsabilidad dar para la obra lo que Dios nos ha encomendado.
Los levitas
eran sacerdotes que dedicaban su vida de tiempo completo al servicio a Dios por
lo tanto era imposible que ellos tuvieran otra actividad secular de tiempo
completo para obtener recursos económicos que les permitiera vivir de manera
adecuada como cualquier persona.
En la antigüedad para los levitas Dios había establecido dos
formas para su cuidado.
1. Los
Diezmos serian para ellos. Números 18: 21 “Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos
en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el
ministerio del tabernáculo de reunión”
2. El
Pueblo se encargaría de proveerles el lugar donde Vivir. Números 35: 1-2 “Habló Jehová a Moisés en los campos de Moab, junto al
Jordán frente a Jericó, diciendo: Manda a los hijos de Israel que den a los
levitas, de la posesión de su heredad, ciudades en que habiten; también daréis
a los levitas los ejidos de esas ciudades alrededor de ellas.”
Hoy en día
los levitas vienen a ser todos los Pastores, sacerdotes o siervos que han
dedicado su vida de tiempo completo a trabajar en la obra de Dios.
Cada
congregación tiene una forma diferente para proveerles a sus siervos de los recursos
económicos para que puedan vivir de manera digna.
Jehová es
un Dios que nunca desampara a quienes les sirven. Dios propone algunas formas
de recoger recursos económicos en las iglesias tanto para el cuidado de los
siervos como para el perfecto funcionamiento de la Iglesia.
Como Recoger los recursos Económicos.
1. Cada
quien debe dar de acuerdo a como propuso en su corazón. 2 Corintios 9: 7 “Cada uno dé como
propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al
dador alegre.” En este plan no hay una fórmula matemática, pero
cada quien da de acuerdo a su generosidad.
2. Debe
darse de acuerdo a como se haya prosperado, es decir el que tiene más da más. 1
Corintios 16: 2 “Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga
aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no
se recojan entonces ofrendas.” En este otro sistema cada quien
da de acuerdo a como Dios lo haya bendecido, si tiene más da más y si tiene
menos da menos.
3. El Dar
es un reconocimiento al trabajo de los demás sea en lo espiritual o en lo
secular. Gálatas 6: 6 “El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de
toda cosa buena al que lo instruye.” Si alguien dedica su vida
para enseñarnos es natural que le reconozcamos ese trabajo de manera económica.
4. Debemos
cuidar a quien dedican su vida a cuidar a otros. Filipenses 4: 15-16 “Y sabéis también
vosotros, oh filipenses, que, al principio de la predicación del evangelio,
cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y
recibir, sino vosotros solos; pues aun a Tesalónica me enviasteis una y
otra vez para mis necesidades.” El agradecimiento debería motivarnos
a ser generosos con quienes son generosos con su tiempo para instruirnos.
5. El
Reconocer el trabajo de los demás es un acto de legalidad. 1 Timoteo 5: 18 “Pues la Escritura
dice: No pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su salario.”
Si decimos ser amar la ley deberíamos amar el reconocer económicamente a quienes
trabajan para nosotros.
6. Una
persona generosa y agradecida no tiene excusas para ayudar. 2 Corintios 8: 1-4
“Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que
se ha dado a las iglesias de Macedonia; que, en grande prueba de
tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en
riquezas de su generosidad. Pues doy testimonio de que con agrado han dado
conforme a sus fuerzas, y aún más allá de sus fuerzas, pidiéndonos con
muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en este
servicio para los santos.” Las personas
generosas piensan en ellos, pero también en los demas.
7. No esperando
a que otros colaboren para nosotros no Colaborar. 2 Corintios 11: 7- 9 “¿Pequé yo humillándome a mí mismo, para que vosotros
fueseis enaltecidos, por cuanto os he predicado el evangelio de Dios de
balde? He despojado a otras iglesias, recibiendo salario para serviros a
vosotros... …” si estamos satisfechos con lo recibido de los demás deberíamos
tomar la iniciativa para también colaborarles a ellos.
Hay
personas que en la religión tradicional o en las diferentes instituciones
educativas o sociales se han caracterizado por ser muy tacañas y ahora que son
cristianas siguen con esa misma actitud. Toda institución religiosa o secular
para crecer y desarrollarse necesita del patrocinio de quienes las conforman.
Todas las
personas agradecidas debemos patrocinar la obra de Dios y cuidar de quienes dedican
su vida al servicio de Dios, no importa si le llamas diezmo, contribución,
donación. No busquemos excusas para vivir a expensas de los demás, sea en lo
espiritual o en lo secular.