La mayoría de los seres humanos queremos lo mejor para nosotros y nuestra familia, digo la mayoría porque lastimosamente también hay una minoría de personas que por su forma de actuar o de comportarse podríamos decir que parece que no quieren lo mejor.
El que logremos lo mejor para nosotros y nuestra familia no depende tan solo de nosotros, también depende de las personas que hacen parte de nuestro círculo de amistades.
Los seres
humanos somos sociables, es decir estamos hechos para vivir en comunidad, el
pueblo de Dios al salir de la esclavitud tenía que vivir en la tierra que Dios
les había prometido.
En esa
tierra iban a encontrar personas con muy malas costumbres que se habían apoderado
de su tierra y que era necesario sacarlas. Éxodo 23: 33 “En tu tierra no habitarán, no sea que te hagan
pecar contra mí sirviendo a sus dioses, porque te será tropiezo.”
El problema
es que llegaron a tomar posesión de la tierra prometida y no fueron capaces de
expulsarlos. 16: 10 “Pero
no arrojaron al cananeo que habitaba en Gezer; antes quedó el cananeo en medio
de Efraín, hasta hoy, y fue tributario”
Los cananeos se mencionan más de 150
veces en la biblia. Eran personas impías, idólatras, descendientes de Canaán,
nieto de Noé, quien era hijo de Cam (Génesis 9:18). Canaán fue maldecido por su
pecado y el pecado de su padre en contra de Noé (Génesis 9:20-25). En algunos
pasajes, cananeos se refiere específicamente a los habitantes de las tierras
bajas y las llanuras de Canaán (Josué 11:3); en otros pasajes, Cananeos se utiliza
más ampliamente para referirse a todos los habitantes de la tierra, incluyendo
los heteos, gergeseos, jebuseos, amorreos, hititas y ferezeos (ver Jueces
1:9-10).
La Biblia es muy explícita en cuanto a
los pecados de
los cananeos: idolatría, incesto, adulterio, sacrificio de niños, homosexualidad y
bestialismo (sexo con animales).
Por esta razón no era bueno que ellos
habitaran juntos ya que podrían ser mala influencia para las nuevas
generaciones y aun para ellos mismos.
Hoy en día Jesucristo nos ha dado una
nueva vida, que simboliza esa tierra prometida. En esta nueva vida con Cristo
podemos vivir de manera feliz ya que nuestra forma de vida cambia totalmente. 2
corintios 5: 17 “De modo que,
si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí
todas son hechas nuevas.”
El problema de muchos cristianos que
vuelven al mundo y sus inmundicias es que no han sido capaces de sacar de su
vida esas viejas amistades que los influenciaban para mal.
Lastimosamente las malas conversaciones con
personas del mundo o con cristianos que viven en el mundo dañan nuestras nuevas
y buenas costumbres. 1 corintios 15: 33 “No erréis; las malas conversaciones corrompen las
buenas costumbres”
No se trata de que nos alejemos de las
personas pecadoras, porque tendríamos que salirnos de este mundo ya que todos
somos pecadores.
Lo que tenemos que hacer es alejarnos de
sus malas costumbres y malas prácticas. Juan 17: 15 “No ruego que los quites del mundo, sino que los
guardes del mal.” El adagio popular dice: el que anda con lobos
a aullar aprende.
En la misma iglesia encontramos personas
entregadas, serviciales y comprometidas y otras perezas, no les gusta el
compromiso no sirve en ningún ministerio, ¿cómo queremos ser? Eso depende con
quien nos relacionamos.
Si no queremos volver al mismo lugar de donde Cristo nos rescató, es importante que aprendamos a escoger a nuestras amistades, no todas las amistades nos convienen.