En la antigüedad cuando alguien cometía un delito de manera involuntaria podía huir a cualquiera de las ciudades de refugio, en ese lugar el vengador no lo podía alcanzar. Hoy no existen lugares de refugio, hoy nuestro refugio es Jesucristo, en la antigüedad solo tenían derecho a refugiarse quienes cometían un delito de manera involuntaria, en Jesucristo podemos refugiarnos todos, a si nuestra culpa no haya sido involuntaria.
Nosotros
los seres humanos constantemente nos estamos equivocando, es decir estamos
pecando. 1 Juan 1: 8 “Si decimos que no
tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en
nosotros.”
Pecar es
errar al blanco es decir equivocarnos. Si pecar es equivocarse entonces en
nuestra vida secular también constantemente nos estamos equivocando, cada vez
que debemos tomar una decisión corremos el peligro de equivocarnos y por esta
razón siempre estamos hiriendo a los demás
Santiago 3:
2 “Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en
palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo”
Jehová es
un Dios justo y misericordioso y protege a quienes nos hemos hecho cosas malas
por equivocación o con mala intención pero que nos hemos arrepentido. 1 Juan 1:
9 “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para
perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.”
Como refugiarnos en Jesús.
1.
Acercándonos a él. V 4 a “Y el que se acogiere a alguna de aquellas ciudades,
se presentará a la puerta de la ciudad,” El
recibir a Jesucristo en nuestro corazón debe ser un acto voluntario.
2.
Exponerle o confesarle nuestros errores o Pecados. V 4 b “y expondrá sus razones
en oídos de los ancianos de aquella ciudad; y ellos le recibirán consigo dentro
de la ciudad, y le darán lugar para que habite con ellos”
Solo cuando reconocemos nuestro error y nos arrepentimos tenemos la posibilidad
de ser perdonados y transformados.
Que significa que Jesús o Jehová sea nuestro Refugio.
1. Impide
que otros nos puedan hacer daño. Josué 20: 5 “Si el vengador de la
sangre le siguiere, no entregarán en su mano al homicida, por cuanto hirió a su
prójimo por accidente, y no tuvo con él ninguna enemistad antes”
hay muchas personas que llevados por su maldad quieren aprovechar nuestra
equivocación para destruirnos.
2. Nos hace
Descansar. Mateo 11: 28 “Venid a mí todos los que estáis trabajados y
cargados, y yo os haré descansar.” La carga de nuestra equivocación
nos detiene, Jesús nos hace descansar para poder avanzar.
3. Dios
está con nosotros en los momentos Difíciles. Isaías 43: 2 “Cuando pases por las
aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por
el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti” Dios no
nos promete quitarnos los problemas, pero si nos promete estar con nosotros
para ayudarnos a solucionarlos.
4. Nos da
fuerzas para lograr lo que Queremos. Filipenses 4: 13 “Todo lo puedo en
Cristo que me fortalece.” Cuando nuestras fuerzas se
agotan, Jesucristo nos levanta para que podamos continuar.
5. Nos
entrena para la Batalla. Salmos 144: 1 “Bendito sea Jehová, mi
roca, Quien adiestra mis manos para la batalla, Y mis dedos para la guerra”
Jehová es un Dios protector, no sobreprotector.
6. Sana y
venda nuestras Heridas. Salmos 147: 3 “El sana a los
quebrantados de corazón,
Y venda sus heridas” las murmuraciones, chismes o
mentiras además de las decepciones personales o de los demás siempre terminan
hiriéndonos.
7. Nos da
Consuelo para poder consolar a Otros. 2 Corintios 1: 4 “el cual nos consuela
en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a
los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que
nosotros somos consolados por Dios.” Con Jesucristo nuestras
equivocaciones se convierten en experiencias que nos ayudan avanzar.
8.
Intercede por nosotros cuando nos Equivocamos. 1 Juan 2: 1 “Hijitos míos, estas
cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado
tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.” Una
persona herida y cansada no tiene fuerzas ni deseos de interceder por sí mismo.