Todos los seres humanos nos equivocamos de manera constante ofendemos de una o de otra forma.
Para vivir
bien con las demás personas es necesario que siempre tratemos de restaurar la
relación que teníamos antes de la discordia.
La relación
estaba tan deteriorada que Jehová ya no quería saber nada de los israelitas. V
13-14 “Mas vosotros me habéis dejado, y
habéis servido a dioses ajenos; por tanto, yo no os libraré más, Andad y clamad
a los dioses que os habéis elegido; que os libren ellos en el tiempo de vuestra
aflicción”
Como restaurar nuestra relación con Dios y los Demás.
1.
Reconociendo que nos hemos equivocado. V 15 a “Y los hijos de Israel respondieron
a Jehová: Hemos pecado” no vivas de excusas ni tampoco te
pases la vida buscando culpables de lo que haces tú.
2. Siendo
humildes ante la corrección. 15 b “; haz tú con nosotros como bien te
parezca; sólo te rogamos que nos libres en este día.” las
personas que se enojan cuando alguien les corrige por lo general nunca aprenden
y por lo tanto nunca llegan a la perfección.
3. Quitar
todo lo que nos aleja de Dios. V 16 a “Y quitaron de entre sí
los dioses ajenos,” cuando tenemos otros dioses ya sean el deporte, el
dinero, el trabajo. Etc. Tendemos a restarles atención a Dios o a nuestra
pareja.
4.
Sirviendo a Dios. V 16 b “y sirvieron a Jehová; y él fue angustiado a causa
de la aflicción de Israel.” el servir es la más grande
manifestación de amor una persona servicial siempre está pendiente de las
necesidades de los demás y sobre todo nunca se carga por lo que hace.
5.
Demostrando agrado por su presencia. Salmos 37: 4 “Deléitate asimismo en
Jehová,
Y él te concederá las peticiones de tu corazón” no hay
gozo más grande que el saber que las personas que están a nuestro lado se
deleitan de nuestra presencia.
6. Siendo
Detallistas. Los detalles no necesariamente tienen que ser cosas materiales, el
acordarse de una fecha especial, un abrazo o una mirada pueden ser suficientes.
7. Hablando
de manera Dulce. Proverbios 16: 24 “Panal de miel son los
dichos suaves;
Suavidad al alma y medicina para los huesos.” Nuestra
manera de hablar atrae o repela a los demás. Muchas mujeres han perdido su
feminidad al hablar.
8.
Dedicándole tiempo. Nuestros seres queridos al igual que Dios deben ocupar un
lugar muy importante en nuestra agenda. Recuerda que para todo hay tiempo.
Eclesiastés 3: 1- 2 “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere
debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo
de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado;”
9.
Valorando lo que son los demás o lo que hacen los demás. Las personas
reaccionan de manera favorable cuando las hacemos sentir importantes. A los
seres humanos nos agrada sentirnos valorados.