El adagio popular dice. “para los gustos los colores” haciendo referencia a que cada uno es libre de desear, opinar o hacer lo que quiera.
Lastimosamente
este adagio cada día se hace más realidad también en la parte espiritual.
Cada día
hay más personas que quieren ir a las iglesias cristianas a escuchar lo que les
agrada. Muchos piensan que la iglesia es un lugar donde pasarla bien y de
manera cómoda.
este mal
viene desde mucho tiempo atrás. Había un hombre llamado Micaia quien había
robado un dinero a su madre, cuando ella se dio cuenta que era su propio hijo
el ladrón le quito la maldición que había proferido y con ese dinero le hizo lo
que hoy podríamos llamar su propia iglesia de acuerdo a su gusto. V 4-5 “Mas él devolvió el dinero a su madre, y tomó su madre doscientos
siclos de plata y los dio al fundidor, quien hizo de ellos una imagen de talla
y una de fundición, la cual fue puesta en la casa de Micaía. 17:5 Y este
hombre Micaía tuvo casa de dioses, e hizo efod y terafines, y consagró a uno de
sus hijos para que fuera su sacerdote.”
Desde la
antigüedad ya había sacerdotes que se vendían al mejor postor, para hablar y
actuar conforme la gente quería oír. V 10-11 “Entonces Micaía le dijo: Quédate en mi casa, y serás
para mí padre y sacerdote; y yo te daré diez siclos de plata por año, vestidos
y comida. Y el levita se quedó.
17:11 Agradó, pues, al levita morar con aquel hombre, y fue para él como uno de
sus hijos.” Para muchos la única motivación para servir como
pastor es el salario.
Muchos pastores
cambian de denominación dependiendo del salario que les ofrezcan, se mantienen
en la iglesia actual solo hasta que otra les mejore la propuesta salarial.
Hoy en día
muchas iglesias se han hecho amigas del mundo les interesa más agradar a los
hombres que a Dios. Desconociendo que la amistad con el mundo es enemistad con
Dios. Santiago 4: 4 “¡Oh almas
adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios?
Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.”
Tal como en
ese tiempo hoy en día a la gente no le gusta dejar que la palabra de Dios los
guie prefieren cada uno hacer lo que les parece. V 6 “En aquellos días no había rey en Israel; cada uno hacía
lo que bien le parecía.”
La mayoría
del nuevo cristianismo tanto pastores como ovejas solo giran entorno de obtener
prosperidad a toda costa. V 13 “Y
Micaía dijo: Ahora sé que Jehová me prosperará, porque tengo un levita por
sacerdote.”
La palabra
dice que en estos tiempos se incrementara el número de personas que buscaran
pastores que les hablen cosas agradables. En este nuevo sistema de cristianismo
a la carta cada perdona escoge lo que quiere oír, y los pastores aprovechando
este momento de confusión se especializan en hablar a la gente lo que ellos
quieren oír, de esta forma los tienen contentos y aseguran de que sus templos
siempre estén llenos. 2 Timoteo 4: 3 – 4 “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana
doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a
sus propias concupiscencias, 4:4 y apartarán de la verdad el oído y se
volverán a las fábulas.”
Los
cristianos modernos cuando recién llegan a una iglesia se sienten lo más de
bien mientras les hablan de las maravillas de Jesús, pero cuando les hablan de
lo que Jesús demanda salen corriendo a otra iglesia en búsqueda de alguien que
solo les predique lo que quieren oír.
Muchas personas
dicen: Dios me hablo y me dijo que él me planto en esta iglesia para dar
frutos, pero cuando ya no le conviene: Dicen: no es que Dios me volvió hablar y
me dijo que mejor busque otra.
Muchos
pastores dada la demanda de evangelio al gusto de cada oyente han tomado la
decisión de descuartizar la palabra de Dios escogiendo de ella solo las
porciones que más le gusta a la gente.
La única
forma de poder entender los mandatos de Dios es si estudiamos y predicamos la
palabra de manera completa sin omitir nada. Josué 8: 34-35 “Después de esto, leyó todas las palabras
de la ley, las bendiciones y las maldiciones, conforme a todo lo que está
escrito en el libro de la ley. 8:35 No hubo palabra alguna de todo cuanto
mandó Moisés, que Josué no hiciese leer delante de toda la congregación de
Israel, y de las mujeres, de los niños, y de los extranjeros que moraban entre
ellos.”
Deja que
Dios te hable no escojas lo que quieres oír. Dios quiere hablarte no lo que tú
quieres oír sino lo que tú necesitas oír. Eso que quieres a lo mejor no te
edifica y eso que no quieres oír puede ser lo que necesitabas para tener una
nueva vida maravillosa.