Prosperidad es diferente a riqueza, riqueza tan solo es la acumulación de cosas materiales y de valor.
Prosperidad es tener la capacidad
de disfrutar cualquier momento por el que estemos pasando, en abundancia o en escases.
Jesucristo más que hacernos caer
dinero del cielo o enviárnoslo a través de alguien, él quiere enseñarnos a ser prósperos.
En este capítulo encontramos la
historia de una mujer viuda que tenía muchos problemas económicos. V 1 “Una mujer, de las
mujeres de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo, diciendo: Tu siervo mi
marido ha muerto; y tú sabes que tu siervo era temeroso de Jehová; y ha venido
el acreedor para tomarse dos hijos míos por siervos.”
Cómo podemos ser Prósperos
1. Optimizando los Recursos que
tenemos. V 2 “Y
Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu
sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite.” La buena administración
se basa en este principio. No se trata de cuanto tenemos lo importante es que
hacemos con lo que tenemos. Hay personas que con muchos recursos no hacen nada
y hay otros que con lo poco que tienen hacen mucho.
2. Superando todo prejuicio. V 3 “Él le dijo: Ve y pide
para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas.” para
muchos el pedir un favor es rebajarse, para triunfar en la vida es necesario
quitar todo temor, excusas, orgullo o pretextos.
3. Involucrando a nuestros hijos en
nuestro trabajo. V 4 “Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas
las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte.” si tu
trabajas duro para dejarles a tus hijos una muy buena herencia si no les
enseñas como administrar lo que les vas a dejar, lastimosamente más te
demoraras en morir que en acabar tus hijos la herencia.
4. Disponiéndose a trabajar. V 7 “Vino ella luego, y lo
contó al varón de Dios, el cual dijo: Ve y vende el aceite, y paga a tus
acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quede.” Jesucristo
nos provee de los dones y los recursos. De nada sirve tener dones y habilidades
si no se actúa.
5. Entrenándonos o capacitándonos.
Salmos 144: 1 “Bendito sea Jehová, mi roca, Quien adiestra mis manos para
la batalla, Y mis dedos para la guerra” las personas de éxito son
aquellas que siempre están en función de mejorar lo que hacen.
6. Entendiendo que Jesucristo siempre
está con nosotros. Isaías 43: 2 “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si
por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la
llama arderá en ti” Dios no nos evita pasar por los problemas nos promete estar
con nosotros, un buen padre no les evita los problemas a sus hijos, los
acompaña para guiarlos.
7. Exigiéndonos. Josué 1: 6 “Esfuérzate y sé valiente;
porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus
padres que la daría a ellos.” exigirse es dar más de lo que
decimos poder. Las cosas extraordinarias requieren esfuerzo, las cosas
ordinarias las hace cualquiera.
Busca a alguien que te exija en lo
que haces y si no tienes a alguien que te exija busca mecanismos que te
permitan exigirte a ti mismo. Las personas de éxito son aquellas que tienen a
quien rendirle cuentas o implementan en su vida mecanismos para rendir cuentas
de lo que hacen.
8. Pensando de manera positiva.
Joel 3: 10 “Forjad
espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga el débil: Fuerte
soy.” Nuestros pensamientos son el motor de nuestro actuar, si queremos triunfar
debemos creer que somos capaces.
Jesucristo nos da todo aquello que
a pesar de nuestro esfuerzo no lo podemos conseguir, el hace lo sobrenatural y
a nosotros nos exige que debemos esforzarnos por hacer lo Natural.