Jehová le está recordando a Job que nada de lo que hay en el cielo y debajo de él ha sido creado por Job, todo le pertenece a él.
Hoy en día sucede lo mismo con
muchos cristianos es necesario recordarles que el creador de todo es Jehová y
no los hombres.
Muchos cristianos veneran más a los
hombres que a Jehová.
Hay muchos hombres que se atribuyen
dones de sanidad y de prosperidad que exigen de sus seguidores casi que
adoración y veneración.
Jehová a través de Job nos recuerda que todo lo que recibimos
de él es por su misericordia, no es porque lo merezcamos. V 11 “¿Quién me ha dado a mí primero, para que
yo restituya? Todo lo que hay debajo del cielo es mío.”
David lo tenía muy claro, él sabía que lo que David ofrecía
como ofrenda le pertenece a Jehová. 1 crónicas 29: 14 “Porque ¿quién soy yo, y
quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas
semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos”
La mayoría de los cristianos tibios o las personas del mundo
creen que, con el diezmo, la ofrenda o la primicia le estamos haciendo un favor
a Dios.
Con los diezmos o las contribuciones voluntarias o como las
queramos llamar hacemos que la obra de Dios permanezca, alquilamos o conservamos el lugar que hemos
destinado como templo para adorar a Dios.
A pesar de que Jehová no tiene ninguna obligación de
retribuirnos lo que le damos el si lo hace el nos devuelve mas de cien veces lo
que damos. Marcos 10: 29-30 “Respondió Jesús y dijo: De cierto os
digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre,
o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, 30 que
no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas,
madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida
eterna.”
La recomendación de Jehová es que debemos llevar el diezmo al
alfolí, al lugar destinado por la iglesia para recibirlos, no podemos hacer otro
uso de lo que le corresponde a Dios. Malaquías 3: 10 “Traed todos los diezmos
al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice
Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y
derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”
Los diezmos son los que sirven para que en la casa de Dios
nunca falte el alimento espiritual, cuando imprimimos materiales de estudio, o
los esparcimos por el mundo de manera digital a través de internet estamos
dando alimento.
Cuando le pagamos un salario al pastor o la persona encargada
de producir ese alimento espiritual estamos contribuyendo para que todo el
mundo coma de la palabra de Dios. Ya que el obrero es digno de su salario. 1
Timoteo 5: 18 “Porque la Escritura dice: No pondrás bozal al buey cuando trilla,
y: El obrero es digno de su salario”
Por lo general cuando llegamos a
los pies de Cristo lo hicimos cuando estábamos pasando por nuestro peor
momento, el problema es que muchos cuando Jesucristo transforma su vida para
bien se olvidan de las promesas que quisa le hicieron a Jesucristo y consideran
que todo lo que tienen es porque se lo ganaron y rehúsan sembrar en la obra de
Cristo.
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