En cualquier persona lo que determina su aceptación o su rechazo es su actitud, de nuestra actitud depende que nos amen o nos odien.
La mayoría
de los seres humanos fallamos en nuestra actitud, a muchas personas no les
duele lo que les decimos, lo que en realidad les duele es la forma como les
decimos las cosas.
David era
conforme al corazón de Jehová, pero esto no lo eximia de tener problemas o
pasar por circunstancias difíciles.
Lo que
convertía a David en alguien conforme al corazón de Jehová no era su santidad,
lo que lo hacía conforme al corazón de Jehová era su actitud frente a Dios.
Cuál debe ser nuestra actitud frente a Jesucristo.
1. De
Clamor. V 1 a “A ti clamaré, oh Jehová. Roca
mía, no te desentiendas de mí,
Para que no sea yo, dejándome tú, Semejante a los que descienden al sepulcro” nosotros
no somos quien, para exigirle, somos importantes ante los ojos de Jehová, pero
esto no nos autoriza para que lo irrespetemos.
1.1. Dios Tiene Misericordia. Efesios 2: 4 “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que
nos amó”
1.1. Dios Tiene Misericordia de Quien el quiere tener
misericordia. Romanos 9: 15 “Pues a Moisés dice: Tendré
misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me
compadezca.”
2. De
Reverencia. Lo podemos hacer postrándonos o levantando nuestras manos. V 2 “Oye la voz de mis ruegos cuando clamo a ti, Cuando alzo mis
manos hacia tu santo templo.” hoy en
día a muchos cristianos les cuesta mucho el tener que arrodillarse o el tener
que levantar sus manos. Esta mala actitud se refleja en las familias, a muchos
hijos les parece difícil pedir la bendición a sus padres.
3. Debemos
ser amorosos con Jesús en agradecimiento a que nos escucha. V 6 “Bendito sea Jehová, Que oyó la voz de mis ruegos” a los
seres humanos cada día nos cuesta más exteriorizar nuestros sentimientos.
Muchas
relaciones de parejas y aun de hijos y padres se han acabado por no ser
amorosos, si en la casa no somos capaces de expresarles nuestro amor a nuestros
seres queridos, lastimosamente en la calle atrás personas tal vez con malas
intenciones los conquistaran con palabras de Amor.
4. Debemos
alabarle con nuestros labios. V 7 “Jehová es mi
fortaleza y mi escudo;
En él confió mi corazón, y fui ayudado, Por lo que se gozó mi corazón, Y con
mi cántico le alabaré.” alabar es
destacar las cosas buenas de una de una persona, en el caso de Cristo es
destacar sus maravillas. Cada vez que nos dirigimos a Jesucristo en oración por
lo general siempre lo hacemos para exigirle milagros o para reclamarle que no
nos escucha.
La oración
no es solo para pedir o exigir la oración es la puerta que nos conduce a la
presencia de Dios.
5. Debe ser
con Humildad. V 8 “Jehová es la fortaleza de su
pueblo, Y el refugio salvador de su ungido.” debemos reconocer que sin
Jesucristo nada somos, que apartados de él estaríamos perdidos.
Nuestra
actitud frente a Jesucristo no debe ser con altanería, debe ser con humildad y
sobre todo con mucho amor y agradecimiento por su misericordia con nosotros.