Dios no quiere sacrificios Dios quiere esfuerzo que nos lleva a la obediencia. En el mundo podemos ofrecer algo nuestro para agradar a alguien. Pero a Dios no le podemos ofrecer nada ya que nada es nuestro todo le pertenece a él. V 9-11 “No tomaré de tu casa becerros, Ni machos cabríos de tus apriscos. 50:10 Porque mía es toda bestia del bosque,
Y los millares de animales en los collados.
50:11 Conozco a
todas las aves de los montes,”
Juan 10:18 “Nadie me la quita, sino que yo de mí
mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar.
Este mandamiento recibí de mi Padre”
Que podemos ofrecer como sacrificio.
1. Nuestra Alabanza. Tú y yo
somos quienes decidimos a quien queremos servir. Dios nos dio libre
albedrío. V 14 “Sacrifica a Dios alabanza, Y paga tus votos al Altísimo;”
alabar es reconocer las cualidades de otra persona.
2. Nuestro cuerpo. Romanos
12: 1 “Así que, hermanos, os
ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en
sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.”
el ofrecerle nuestro cuerpo significa que nos esforzamos para hacer las cosas
que a Dios le agrada. Es decir, dejamos que él sea quien nos corrija.
Ofrecerle nuestro cuerpo es
renovar nuestra mente ya no dejarnos influenciar por las cosas de este mundo.
Romanos 12: 2 “No os conforméis
a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro
entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios,
agradable y perfecta.”
Tú y yo somos lo que
pensamos. Lo que tenemos en nuestra mente es lo que terminamos haciendo. El pecado
o la santidad comienzan en nuestra mente y después se hacen realidad.
De nada sirve ofrecerle
sacrificios físicos o entregarle a Dios lo que a él le pertenece si no somos
obedientes. V 17 “Pues tú aborreces
la corrección, Y echas a tu espalda mis palabras.” la
obediencia se manifiesta cuando nos dejamos corregir la corrección nos lleva a
la perfección. Sin corrección no hay perfección. Recuerda que Dios nos exige
ser perfectos. Mateo 5: 48 “Sed,
pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.”
Lo que más ama Dios es la
obediencia. 1 Samuel 15: 22-23 “Y
Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en
que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que
los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.
15:23 Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e
idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él
también te ha desechado para que no seas rey.” a Dios no
lo podemos impresionar con lo que le ofrecemos. Amos 5: 22 “Y si me ofreciereis vuestros holocaustos
y vuestras ofrendas, no los recibiré, ni miraré a las ofrendas de paz de
vuestros animales engordados”
Cuando en el mundo nos
invitaban a alguna fiesta de personas muy pudientes económicamente teníamos la
gran preocupación de que llevarles de regalo, si ellos lo tienen todo. Dios es
el dueño del oro y de la plata, el hizo toda la creación y no nos preocupamos
mucho de que ofrecerle sin provocar su enojo.
Dios quiere que le alabemos
pero que también corrijamos nuestro camino. Salmo 50: 23 “El que sacrifica alabanza me honrará; Y
al que ordenare su camino, Le mostraré la salvación de Dios.” la alabanza que le ofrezcamos a Dios tiene que ser
con inteligencia no solo de manera mecánica. Salmo 47: 7 “Porque Dios es el Rey de toda la tierra; Cantad
con inteligencia” cantarle con inteligencia significa que debemos
sentir lo que decimos. Más que moverse nuestros pies o nuestras manos se
deberían mover nuestro corazón, se debería estremecer en la presencia de Dios.
Hoy muchos cristianos se congregan solo por costumbre.
Los cristianos por costumbre
buscan iglesias que se adapten a ellos son felices congregándose mientras en
ese lugar no le enseñen la vedad de Dios es decir además de milagros también
les enseñan lo que Dios demanda de nosotros.
La alabanza para Dios se
escucha muy bien y es hermosa en la boca de los íntegros. De las personas que
se esfuerzan por agradar a Dios. Salmo
33: 1 “Alegraos, oh justos, en
Jehová;
En los íntegros es hermosa la alabanza.”