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Salmos 73. El mal de la Envidia


 La envidia, esa emoción tan humana que suele acechar en silencio, puede tener efectos sorprendentes en nuestras vidas y relaciones.

La envidia es una forma de experimentar una emoción negativa (furia, resentimiento, cólera, exasperación, indignación, fastidio, irritabilidad, hostilidad, pesar, melancolía, pesimismo, pena, autocompasión, abatimiento, desesperación) que se transforma en sentimientos y luego en pensamientos displacenteros.

Consecuencias de la Envidia.

1. Nos hace equivocar o tomar malas decisiones. Salmo 73: 2-3 “En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; Por poco resbalaron mis pasos. 73:3 Porque tuve envidia de los arrogantes, Viendo la prosperidad de los impíos.” por culpa de la envidia nos alejamos de Dios y de las personas que amamos.

2. Sentimos que nuestro esfuerzo espiritual o secular no vale la pena. V 13 “Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, Y lavado mis manos en inocencia;” cuando creemos que lo que hacemos no vale la pena nos llenamos de frustración.

3. Llega la Infelicidad. Creemos que todo nos sale mal o que todos están en nuestra contra. V 14 “Pues he sido azotado todo el día, Y castigado todas las mañanas.” Una persona infeliz por lo general es negativa, siempre cree que todo está en su contra.

4. Causa amargura en el corazón de una persona. V 21 “Se llenó de amargura mi alma,
Y en mi corazón sentía punzadas
.” una persona amargada nunca disfruta de las bendiciones que ha recibido de parte de Dios.

·         4.1. La amargura se puede convertir en ira, la ira en extremo se convierte en violencia y odio patológicos; la tristeza en depresión grave y el temor en fobia o pánico.  La envidia es destructiva, y sin control puede llegar incluso hasta el asesinato.

 

5. Nos degrada. La envidia nos hace actuar como animales sin razonamiento. V 22 “Tan torpe era yo, que no entendía; Era como una bestia delante de ti.” las personas envidiosas terminan deseando y haciendo el mal a los demás.

Como salir de la envidia.

1. Buscando a Jesucristo. V 17 “Hasta que, entrando en el santuario de Dios, Comprendí el fin de ellos.  Jesucristo es lo más hermoso que tenemos. V 25 ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti?
Y fuera de ti nada deseo en la tierra.
” Jesucristo nos da paz en medio de la tormenta, la paz de Cristo nos permite ver no solo problemas, con el podemos ver también soluciones.

2. Dejándonos guiando por Dios. V 18-19 “Ciertamente los has puesto en deslizaderos; En asolamientos los harás caer. 73:19 ¡Cómo han sido asolados de repente! Perecieron, se consumieron de terrores.” Jesucristo no nos quita los problemas, pero si está con nosotros en todo momento para ayudarnos a superarlos. Isaías 43: 2 “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti

3. Valorando lo que tenemos y lo que somos.  Isaías 43: 4-5. “Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida.  43:5 No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré.” Dios a todos nos hizo diferentes con habilidades diferentes para que seamos complemento el uno del otro, no te sientas inferior si eres diferente a los demás.

Disfruta lo que tienes y lucha por conseguir algo mejor. No te sientas mal por lo bueno que les pasa a los demás. Recuerda que todos tenemos dones y talentos de manera diferente a otros. Tú no eres menos que los demás. Tú eres diferente a ellos.

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