La envidia, esa emoción tan humana que suele acechar en silencio, puede tener efectos sorprendentes en nuestras vidas y relaciones. La envidia es una forma de experimentar una emoción negativa (furia, resentimiento, cólera, exasperación, indignación, fastidio, irritabilidad, hostilidad, pesar, melancolía, pesimismo, pena, autocompasión, abatimiento, desesperación) que se transforma en sentimientos y luego en pensamientos displacenteros.
Consecuencias de la Envidia.
1. Nos hace equivocar o
tomar malas decisiones. Salmo 73: 2-3 “En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; Por poco
resbalaron mis pasos. 73:3 Porque tuve envidia de los
arrogantes, Viendo la prosperidad de los impíos.” por culpa
de la envidia nos alejamos de Dios y de las personas que amamos.
2. Sentimos que nuestro
esfuerzo espiritual o secular no vale la pena. V 13 “Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, Y lavado
mis manos en inocencia;” cuando creemos que lo que hacemos
no vale la pena nos llenamos de frustración.
3. Llega la Infelicidad.
Creemos que todo nos sale mal o que todos están en nuestra contra. V 14 “Pues he sido azotado todo el día, Y
castigado todas las mañanas.” Una persona infeliz por lo general es negativa,
siempre cree que todo está en su contra.
4. Causa amargura en el
corazón de una persona. V 21 “Se
llenó de amargura mi alma,
Y en mi corazón sentía punzadas.” una persona amargada nunca
disfruta de las bendiciones que ha recibido de parte de Dios.
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4.1. La amargura se puede convertir
en ira, la ira en extremo se convierte en violencia y odio patológicos; la
tristeza en depresión grave y el temor en fobia o pánico. La envidia es
destructiva, y sin control puede llegar incluso hasta el asesinato.
5. Nos degrada. La envidia
nos hace actuar como animales sin razonamiento. V 22 “Tan torpe era yo, que no entendía; Era como una bestia
delante de ti.” las personas envidiosas terminan deseando y haciendo el mal
a los demás.
Como salir de la envidia.
1. Buscando a Jesucristo. V
17 “Hasta que, entrando en
el santuario de Dios, Comprendí el fin de ellos.” Jesucristo es lo más hermoso que tenemos. V
25 “¿A quién tengo yo en los cielos sino a
ti?
Y fuera de ti nada deseo en la tierra.”
Jesucristo nos da paz en medio de la tormenta, la paz de Cristo nos permite ver
no solo problemas, con el podemos ver también soluciones.
2. Dejándonos guiando por
Dios. V 18-19 “Ciertamente los
has puesto en deslizaderos; En asolamientos los harás caer. 73:19 ¡Cómo
han sido asolados de repente! Perecieron, se consumieron de terrores.”
Jesucristo no nos quita los problemas, pero si está con nosotros en todo
momento para ayudarnos a superarlos. Isaías 43: 2 “Cuando pases por las
aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por
el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti”
3. Valorando lo que tenemos
y lo que somos. Isaías 43: 4-5. “Porque a mis ojos
fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por
ti, y naciones por tu vida. 43:5 No temas, porque yo estoy contigo; del
oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré.” Dios a
todos nos hizo diferentes con habilidades diferentes para que seamos
complemento el uno del otro, no te sientas inferior si eres diferente a los
demás.
Disfruta lo que tienes y
lucha por conseguir algo mejor. No te sientas mal por lo bueno que les pasa a
los demás. Recuerda que todos tenemos dones y talentos de manera diferente a
otros. Tú no eres menos que los demás. Tú eres diferente a ellos.