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Salmos 137. No cuelgues tu Arpa

 

Colgar el arpa significa, renunciar a cantar, alabar o a cualquier otro servicio.

El pueblo de Dios no podía superar el pasado, seguía recordándolo y anhelándolo. V 1 “Junto a los ríos de Babilonia, Allí nos sentábamos, y aun llorábamos, Acordándonos de Sion.”

Esta tristeza los llevo a no querer cantar para Dios. V 2 “Sobre los sauces en medio de ella Colgamos nuestras arpas.”

El mantenernos recordando lo que hacíamos antes de conocer de Cristo, el no querer romper con la conexión con el mundo hace que nos mantengamos desanimados.

Ya los que le alababan a Dios a través del canto no lo querían hacer, la gente tenia que rogarles. V 3 “Y los que nos habían llevado cautivos nos pedían que cantásemos, Y los que nos habían desolado nos pedían alegría, diciendo: Cantadnos algunos de los cánticos de Sion.

Ellos siempre tenían una excusa o una justificación. V 4 “¿Cómo cantaremos cántico de Jehová En tierra de extraños?” cuando no estas dispuesto a servir, cuál es tu excusa.

La palabra de Dios dice que no podemos servir a dos señores, ya que terminamos amando a uno y aborreciendo al otro. Mateo 6: 24 “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.

El servicio a Dios debe ser el resultado del agradecimiento y del amor que le tenemos a Jesucristo. Las personas que sirven por obligación o por deber por lo general no dan lo mejor de sí. El servir se les convierte en una carga aburrida.

La respuesta al amor y al agradecimiento debe ser la honra y el servicio. Deuteronomio 10: 12 “Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma;

La única forma para servirle a Jehová sin ningún pretexto es amándolo de todo corazón. Deuteronomio 6: 5 “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.

Satanás quiere robarnos el servicio a Dios y nos presenta constantes distracciones, de nosotros depende no caer en ellas. Lucas 4: 8 “Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás.”

Esas distracciones pueden ser mantenernos ocupados cada ves que nos disponemos servir, para evitar esta distracción es necesario tener una vida organizada en la cual la prioridad sea el servicio a Dios.

Muchas de esas ocupaciones son innecesarias, no son de urgencias, pero preferimos estar ocupados en otras cosas superficiales a estar al servicio de Cristo.

Pregúntate por un momento. Todas esas veces que decidiste no servir, en verdad esa ocupación que tenías era inaplazable.

Jesucristo es ejemplo de una vida de servicio. Mateo 20: 28 “como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.

Cada ves que te sientas con ganas de colgar tu arpa, solo piensa en todas las maravillas que Jesucristo ha hecho en tu vida, piensa por un momento todo; lo que tienes en verdad te lo has ganado con tu esfuerzo o es por misericordia de Jesucristo.

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