Los seres humanos somos sociables, es decir estamos hechos para vivir sociedad, el problema es que cada día la maldad aumenta en el mundo y con esto también aumenta el riesgo de ser lastimados o heridos por los demás. A esto se le llama vulnerabilidad.
La palabra vulnerable tiene su origen en el latín “vulnerabilis”,
una palabra formada por “vulnus” que significa “herida” y
el sufijo “-abilis” que expresa “posibilidad”. Por
lo tanto, vulnerable es la posibilidad de ser herido.
Lastimosamente para muchas
personas somos importantes mientras seamos útiles, en el momento en que dejamos
de ser útiles, también dejamos de ser Importantes. 2 Timoteo 3: 2 “Porque habrá hombres amadores de
sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los
padres, ingratos, impíos”
El rey Ezequías estaba recuperándose
de una enfermedad. V 1 “En
aquel tiempo Merodac-baladán hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió cartas y
presentes a Ezequías; porque supo que había estado enfermo, y que había
convalecido.”
Cuando pasamos por algún momento
de dificulta, enfermedad, necesidad económica o vacíos en el alma, nos volvemos
vulnerables y cualquier manifestación de amor o consuelo nos llena el corazón y
confunde nuestras emociones, en ese estado de vulnerabilidad nos sentimos tan
felices que en muchas ocasiones terminamos abriendo nuestro corazón a un a
nuestros enemigos. V 2 “Y se
regocijó con ellos Ezequías, y les mostró la casa de su tesoro, plata y oro,
especias, ungüentos preciosos, toda su casa de armas, y todo lo que se hallaba
en sus tesoros; no hubo cosa en su casa y en todos sus dominios, que Ezequías
no les mostrase.”
En estado de emoción terminamos
entregando todo de nosotros. V 4 “Dijo entonces: ¿Qué han visto en tu casa? Y dijo Ezequías: Todo lo que
hay en mi casa han visto, y ninguna cosa hay en mis tesoros que no les haya
mostrado” en ese momento creemos que todo el que nos consuela quiere
nuestro bien y por lo general siempre nos equivocamos.
Nunca entregues todo lo que eres porque
te puedes quedar sin nada, entrega lo mejor de ti porque esto te hará avanzar y
prosperar. No abras tu corazón a todo el mundo pero tampoco lo endurezcas o cierres,
la peor cárcel es un corazón cerrado.
Lastimosamente Ezequías terminaría pagando las consecuencias de abrir su corazón
a cualquier persona. V 5-6 “Entonces dijo Isaías a Ezequías: Oye palabra de Jehová de los
ejércitos:
39:6 He aquí vienen días en que será llevado a Babilonia todo lo que hay en tu
casa, y lo que tus padres han atesorado hasta hoy; ninguna cosa quedará, dice
Jehová.”
Cuando abrimos nuestro corazón a
personas desconocidas o que sabemos que no somos de su agrado terminamos
lastimados, tarde o temprano estas personas nos traicionaran, utilizaran lo que
conocen de nosotros para intentar destruirnos.
No se trata de meternos en una
burbuja que nos escondamos de los demás o que desconfiemos de todo el mundo, lo
que debemos hacer es entender que muchas de las conversaciones que tenemos con
los demás dañaran nuestras buenas costumbres. 1 corintios 15: 33 “No erréis; las malas
conversaciones corrompen las buenas costumbres.”
Pídele a Jesucristo sabiduría y discernimiento
para poder saber a quien le abres tu corazón y a quien definitivamente se lo cierras.
No todos los que dicen ser
nuestros amigos lo son en realidad, algunos de ellos se fingen ser nuestros
mejores amigos, mientras buscan en nosotros lo que ellos quieren, una ves que
lo consiguen te dejan y mas aun, si ven que no lo va a conseguir, igual también
te dejan.
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