Todos quienes hemos creído en Jesucristo tenemos la oportunidad de ser sus servidores al compartir la palabra o servir en algún ministerio en el lugar donde nos congregamos.
pero hay algunos a quienes Jesucristo
por su misericordia nos llamó de manera personal para ser sus siervos, nos dio
una orden puntual y concreta.
- Vivir una
vida humilde, fiel, compasiva, íntegra, sacrificada, de servicio, de
oración, de estudio de la Biblia, de testimonio y de misión.
- Ofrecer
nuestra vida en sacrificio vivo a Dios.
- Renunciar a
nuestros propios deseos y buscar primero el reino de Dios.
- Está
dispuesto a hacer sacrificios por el bien de los demás y a poner sus
necesidades por encima de las nuestras.
- Reconocer y
aceptar la autoridad y el señorío de Dios sobre nuestra vida.
- Poner a
Cristo en el centro de nuestras vidas.
La
mayoría de quienes hemos aceptado la Misión que Dios nos delegó, tenemos estorbos
que tratan de impedir que cumplamos con la orden que hemos recibido.
Como debemos
vivir para cumplir nuestra Misión.
1.
Debemos estar seguros que fue Jesucristo quien nos llamó. V 9 “Porque te tomé de los confines de
la tierra, y de tierras lejanas te llamé, y te dije: Mi siervo eres tú; te
escogí, y no te deseché.” No somos obra de la casualidad ni nos metimos
a servir en nuestras fuerzas.
2.
No dejándose dominar por el Miedo. V 10 a “No temas,”
tener miedo es normal, dejarse dominar por el anormal.
3.
Sintiendo siempre la presencia de Dios. V 10 b “porque yo estoy contigo” no se trata solo de saber que él está con
nosotros, es necesario que lo sintamos con nosotros.
4.
Nunca dejando de insistir en el llamado. V 10 c “; no desmayes, porque yo soy tu Dios
que te esfuerzo;” Jesucristo es
quien nos da fuerzas cuando sentimos haberlas perdido.
5.
No es en nuestras fuerzas V 10 d “siempre te ayudaré,”
No estamos solos Jesucristo siempre nos ayuda en lo que tenemos que hacer.
6.
Nuestra provisión es de manera sobrenatural. V 10 e “siempre te sustentaré
con la diestra de mi justicia.” Jesucristo
nos da los recursos, humanos, técnicos y económicos.
7.
Debemos estar seguros que Jesucristo se encarga de todos nuestros Opositores. V
11 “He aquí que todos los
que se enojan contra ti serán avergonzados y confundidos; serán como nada y
perecerán los que contienden contigo”
siempre habrá personas que hablaran mal de nosotros, pero Jesucristo los avergonzará.
8.
Cuando nuestras fuerzas se acaban, debemos dejar que Jesucristo nos de su ayuda.
V 13 “Porque yo Jehová soy
tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo” las críticas y diferentes dificultades nos
pueden debilitar, pero Jesucristo nos levanta con más fuerza.
9.
Debemos sentirnos siempre importantes delante de Jesús. V 14 “No temas, gusano de
Jacob, oh vosotros los pocos de Israel; yo soy tu socorro, dice Jehová; el
Santo de Israel es tu Redentor.” No importa
cuánto se burlen de nosotros Jesucristo siempre nos dignifica.
No
tengas miedo de servirle a Jesucristo, si él te llamo, él te respalda y te dota
de todo lo necesario, no es en tus fuerzas, es en las fuerzas de Jehová.
