En la vida, a menudo escuchamos refranes que nos hacen reflexionar sobre nuestras propias acciones y su impacto en los demás. Uno de los más poderosos es “Con la Misma Vara que Mides Serás Medido”. Este pasaje bíblico nos recuerda la importancia de la empatía, la compasión y la justicia en nuestras interacciones con los demás. Mateo 7: 2 “Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido.”
La reciprocidad es un principio
básico en las relaciones humanas que se basa en la idea de devolver lo que
recibimos.
Cuando tratamos a los demás con
respeto, cortesía y amabilidad, es probable que recibamos el mismo trato a
cambio. ¿Qué acciones puedes tomar para fomentar la reciprocidad en tus
relaciones personales y profesionales?
Para empezar, podríamos tratar a
los demás como quisiéramos que ellos nos traten a nosotros. Mateo 7: 12 “Así que, todas las cosas que
queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con
ellos; porque esto es la ley y los profetas.”
Cada decisión que tomamos y cada palabra que decimos tiene un
impacto en las personas que nos rodean. Es importante ser conscientes de cómo
nuestras acciones pueden afectar a los demás y actuar con responsabilidad y
consideración. ¿De qué manera puedes ser más consciente del impacto de tus
acciones en tu entorno?
Podríamos cambiar nuestra mala forma de hablar. Colosenses 4:
6 “Sea vuestra palabra
siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a
cada uno.”
Con el fin de poner en este mundo un nivel de acción ante los
demás y mantener una excelente convivencia, Jehová promete juzgarnos de acuerdo
a como nosotros lo hacemos con los demás. V 27 “El rey se enlutará, y el príncipe se vestirá de
tristeza, y las manos del pueblo de la tierra temblarán; según su camino haré
con ellos, y con los juicios de ellos los juzgaré; y sabrán que yo soy Jehová.”
En este mundo a esta reacción se le llama la ley de la compensación,
es decir nosotros recibimos de lo que damos, en la biblia Jesucristo le llama
la ley de la siembra y la cosecha, lo que nosotros sembramos en los demás, si o
si irremediablemente eso es lo que cosecharemos. Gálatas 6: 7 “No os engañéis; Dios no puede ser
burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”
Nuestras acciones y de la forma como juzgamos a los demás son
como un bumerang, siempre terminan regresando a nosotros o a la persona que las
lanza.
Por eso la recomendación de Jesucristo es que siempre debemos
buscar la oportunidad de hacer el bien. V 10 “Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a
todos, y mayormente a los de la familia de la fe.”
Si nosotros hacemos el bien, tendremos más oportunidades de que
alguien también actúe de la misma forma cuando nosotros lo necesitemos o
cualquiera de nuestros allegados.
Conque vara estas midiendo a los demás, juzgando sin
misericordia, con misericordia, dando otra oportunidad a quienes nos han
fallado, recuerda con la vara con que
mides serás medido.
