Cuando una madre de familia resalta de manera exagerada las cualidades de alguno de sus hijos se le dice que es alabanciosa, cuando ella dice. No hay otro hijo como el, es el mejor estudiante, me da todo lo que le pido. Etc.
Alabar a Jesucristo no es solo decirle: te alabo como lo hacen muchos cristianos.
Alabar a Dios es decirle cuán grande es el, cuan maravilloso, que no hay otro como él. Etc.
Esta alabanza la podemos expresar en forma de oración o a través de canticos con instrumentos.
Cuando recibimos a Jesucristo en nuestro corazón iniciamos una relación como cualquier relación de pareja.
La mayoría de las parejas se terminan no por falta de amor, se terminan por no poder convivir. Una forma de mantener una excelente convivencia es atravesó de la alabanza, es decir teniendo la capacidad de destacar las cualidades de quienes están a nuestro entorno.
A los seres humanos nos es más fácil destacar los defectos y los errores de los demás que sus cualidades.
Como alabar a Dios o a cualquier otra Persona.
1. No mires solo sus Defectos. Todos los seres humanos tenemos cualidades y defectos, el mirar solo los defectos de alguien hace que en lugar de amarla la odiemos.
2. Cuando esa persona te falle reconoce que también tiene cualidades. Si quieres no dejar de amar a alguien mira sus cualidades, tu pareja o tus seres queridos tienen defectos pero de seguro que tienen más cualidades.
3. Se agradecido no creas que es obligación de esa persona siempre complacer tus caprichos. No permitas que los favores que los demás te hacen los veas como obligación de parte de ellos.
4. Renuncia a todo orgullo y toda vanagloria. El orgullo hace que nos convirtamos en personas indeseables para los demás.
5. No dejes que la Ira te enceguezca o te haga insensible. Cuando la ira invade nuestro corazón hace que de nuestra boca salgan solo insultos en lugar de alabanzas. Efesios 4: 26 “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo”
6. Renuncia a todo Egoísmo. Las personas que no pueden compartir sus logros con los demás se convierten en personas amargadas y caen en la envidia. La envidia no solo es sentirse mal por el éxito de los demás, la enviada amarga nuestro corazón y nos convierte en personas infelices.
7. No te creas más que los Demás. Las personas con sentimientos de superioridad no pueden relacionarse con los demás, esto los mantiene alejado y pronto se quedan solos. Romanos 12: 3 “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno”
A los seres humanos nos gusta y nos hace felices el saber que somos importantes para los demás, no te guardes tus buenos sentimientos. El destacar las cualidades de alguien hace que se sienta importante, valorado y esto hace que produzca más o actué mejor.