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Hageo 1. Preocúpate por la Casa de Dios.

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Resultado de imagen para mi casa esta desiertaLos que habitamos una casa o la utilizamos debemos preocuparnos por el cuidado de ella.
Las personas que viven en arriendo consideran que no deben cuidarla porque no es de ellos, los hijos que viven con sus padres consideran que no tienen por qué invertir en el arreglo de la casa porque no es de ellos y cuando se caen todo se queda.
Tanto los hijos como quienes viven en arriendo deberían preocuparse por el arreglo de la casa por dos cosas importantes.
La Primera por Agradecimiento debemos ser agradecidos con las personas que nos permiten vivir en su propiedad, segunda razón y creo la más importante por Dignidad. Es decir no importa que la casa no sea nuestra debemos mantenerla de tal manera que sea digno vivir en ella. Por lo tanto mientras estemos en esa casa deberíamos considerarla como nuestra.
El templo en el cual nos congregamos para alabarle a Dios también necesita de cuidados y si nosotros reconocemos que en ella hemos sido bendecidos, que en ella Cristo nos ha escuchado y hemos recibido muy buenos milagros deberíamos también preocuparnos por el mantenimiento de ella.
Los cristianos siempre consideramos que ya es tiempo para que Dios nos ayude, y hasta en algunas ocasiones nos atrevemos a decirle a Dios, que porque se demora en contestar a nuestras peticiones.
Lo que más le agrada al ser humano es que le hablen de un Dios proveedor, de un Dios sanador.  Esto  lo sabemos hasta en hebreo. Jehovah-Jireh–" Dios mi Proveedor. Jehovah-Rapha–" Dios mi Sanador.
Lo que nos conviene lo decimos en hebreo, de esta manera nos sentimos más pueblo de Dios. Hablar de recibir es muy agradable, el cristiano moderno lo que más detesta y sale corriendo es que le hablen de dinero, siente que le están manejando el bolsillo.
Para el cristiano moderno todo es bíblico y lo encuentra con una facilidad increíble, sea en el antiguo testamento o en el nuevo, lo único que según él ya no encuentra es la palabra sembrar en la obra del señor y mucho menos la palabra Diezmar.
El pueblo de Dios siempre vivía de los milagros de Jehová, pero cuando se trataba de arreglar la casa de Dios, era muy hábil para posponer esa obra, todavía no era la hora de arreglar el templo. V 2 “Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: Este pueblo dice: No ha llegado aún el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada.
El decir de mucha gente es que Dios no come, y tiene toda la razón, Dios no come, pero la obra de Dios aquí en la tierra al igual que cualquier otra institución si necesita de recursos económicos para que pueda existir y funcionar.
Con ese pretexto nos preocupamos solo de pedirle a Dios recursos para arreglar nuestra casa y nos descuidamos o abandonamos  la casa del señor. V 4 “¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta?
Si tú eres de los que piensa de esa manera. Dios te invita a que pienses muy bien lo que estás haciendo. V 7 “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos.”
La orden de Dios es categórica: arreglen mi casa. Y arreglar su casa significa encárguense de su mantenimiento. Arriendos, servicios, salarios etc. V 8 “Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová.
La razón por la que hay escases en muchas casas de los cristianos es porque no se preocupan por la casa de Dios. La casa de un cristiano está ligada a la casa de Dios. V 9-11 “Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y yo lo disiparé en un soplo. ¿Por qué? dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa. 1:10 Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos. 1:11 Y llamé la sequía sobre esta tierra, y sobre los montes, sobre el trigo, sobre el vino, sobre el aceite, sobre todo lo que la tierra produce, sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de manos.”
El temor a Dios se manifiesta en el cuidado de su casa aquí en la tierra. El adorar a un Dios que no se ve y que no nos demanda nada físico es muy fácil. V 12 “Y oyó Zorobabel hijo de Salatiel, y Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y todo el resto del pueblo, la voz de Jehová su Dios, y las palabras del profeta Hageo, como le había enviado Jehová su Dios; y temió el pueblo delante de Jehová.”
Solo un espíritu despierto puede entender la importancia de sembrar en la obra de Dios aquí en la tierra. V 13- 14 “Entonces Hageo, enviado de Jehová, habló por mandato de Jehová al pueblo, diciendo: Yo estoy con vosotros, dice Jehová.  1:14 Y despertó Jehová el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo; y vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los ejércitos, su Dios,
Si quieres que Dios se encargué de tus asuntos, entonces encárgate tú de los suyos por agradecimiento más que por interés.
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