Cuando escuchamos el termino alabanza por lo general siempre lo espiritualizamos y consideramos que solo tiene que ver con Dios.
Alabanza simplemente significa elogiar o hablar bien de alguien. Por eso cuando una mama habla maravillas de un hijo se le dice que es muy alabanciosa es decir que alaba o elogia de manera exagerada.
En la antigüedad Jehová exigía que se haga holocaustos y sacrificios de manera continua esto alegraba el corazón de Dios.
Estos holocaustos se los hacia con animales. V 6 “además del holocausto del mes y su ofrenda, y el holocausto continuo y su ofrenda, y sus libaciones conforme a su ley, como ofrenda encendida a Jehová en olor grato”
Hoy en día Jehová ya no nos pide sacrificios de animales, pero nos pide a nosotros mismos. Romanos 12: 1 “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.”

Jesucristo quiere que de nuestra boca no solo salgan palabras de reclamos, a esto se le llama quejabanza, él quiere también escuchar de nuestra boca palabras de amor, palabras bonitas.
Jehová quiere que lo amemos con todo nuestro corazón. Mateo 22: 39 “Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” La alabanza no debe ser fingida, debe salir de nuestro corazón.
La Alabanza continua no solo es en el plan espiritual, también debemos alabar o hablar bien con las personas que están a nuestro alrededor, los que hacen parte de nuestra familia y los demás.
Como Alabar de manera Constante.
1.Haciendo de nuestra buena forma de hablar una costumbre. Efesios 5: 19 “hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones” nuestra buena forma de hablar hace que tengamos buena relación con Dios y con los demás.
- 1.1. Nosotros somos seres de costumbre, nos podemos acostumbrar a tratar mal a los demás o nos podemos acostumbrar a tratar bien.
- 1.2. El tratar bien o tratar mal a los demás es nuestra decisión. De la forma como tratamos a los demás ellos nos tratan a nosotros. Mateo 7: 12 “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas”
2.Debemos esforzarnos para que nuestras palabras sean agradables para los demás. Colosenses 4: 6 “Que vuestra conversación sea siempre con gracia, sazonada como con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada persona.”
- 2.1. Antes de hablar deberíamos pensar muy bien que reacción queremos causar en los demás, recuerda toda acción genera una reacción.
- 2.2.A esto espiritualmente se le llama la ley de la siembra y la cosecha, secularmente se conoce como la ley de la compensación. Gálatas 6: 7 “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.”
3.Amándonos a nosotros mismos. Mateo 22: 39 “Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” quien no se ama a sí mismo no puede amar a los demás, nadie da de lo que no tiene.
- 3.1. La única forma de amarnos y amar a los demás es no permitiendo que a nuestro corazón entre la amargura. Hebreos 12: 15 “Mirad bien de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz de amargura, brotando, cause dificultades y por ella muchos sean contaminados;”
- 3.2. Una persona amargada no disfruta de el mismo ni de los demás, siempre vive en constante insatisfacción.
4.Aprendiendo a ver las cosas buenas de los demás, todos los seres humanos tenemos una parte agradable y otra desagradable, depende de nosotros que queremos ver.
- 4.1. El ser amorosos enriquece y fortalece toda Relación. Cantares 1: 15-16 “He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; He aquí eres bella; tus ojos son como palomas. He aquí que tú eres hermoso, amado mío, y dulce; Nuestro lecho es de flores.”