Hoy en día encontramos una gran cantidad de cristianos que viven desanimados y enojados con Dios.
Encontramos
a otros que dicen haber sido cristianos en alguna ocasión, pero se desanimaron
y optaron por retirarse de la vida cristiana, y así como un día dijeron ser
cristianos tranquilamente hoy dicen ya no serlo.
No han
entendido que con Jesucristo o sin Jesucristo igual seguiremos teniendo
problemas, algunos se preguntan. Si con Cristo tenemos problemas y sin el
también, entonces para que nos hacemos cristianos.
La
diferencia está en que: sin Cristo son los problemas los que terminan
dominándonos, con Jesucristo somos nosotros quienes dominamos a los Problemas.
Las
personas que reciben a Jesucristo en su corazón creyendo que esto les evitara
problemas y que su vida será un remanso de paz son las que viven en constante
desanimo.
Un adagio
popular dice: el Amor que se alimenta de regalos, siempre tendrá hambre. Las
personas que buscan a Jesús solo por necesidad siempre tendrán necesidad y si
sienten que Jesucristo no los satisface pronto lo abandonan.
Es natural
que cuando llegamos a los pies de cristo lo hicimos porque teníamos problemas,
lo que no es normal es que lo sigamos buscando por interés y no porque nos
llegamos a enamorar.
Jehová
tenía una excelente relación con David, Dios se agradaba de David tanto que era
considerado conforme al corazón de Jehová. Hechos 13: 22 “Quitado éste, les levantó por rey a David, de quien dio
también testimonio diciendo: He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a
mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero”
David
consideraba que tenía una buena comunicación con Dios, día y noche estaba
conectado en oración. V 1- 2 “Oh Jehová, Dios de mi
salvación, Día y noche clamo delante de ti. Llegue mi oración a tu presencia;
Inclina tu oído a mi clamor.”
David era
conforme al corazón de Jehová porque nunca dejaba de confiar en el a pesar de
las difíciles circunstancias por la que tenía que pasar.
Para no
desanimarnos de buscar a Jesucristo debemos entender que, aunque seamos
cristianos siempre tendremos momentos de:
1.
Angustia. En algunos momentos pensamos que nuestra vida solo está llena de
males y que nada nos sale bien. Salmos 88:3 “Porque
mi alma está hastiada de males,
Y mi vida cercana al Seol.”
En estos
momentos de angustia es donde debemos acercarnos más a Jesucristo, y entregarle
a él todas nuestras cargas. 1 Pedro 5: 7 “echando
toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”
2. Momentos
sin Fuerzas. V 4 “Soy contado entre los
que descienden al sepulcro;
Soy como hombre sin fuerza,” es normal
que muchas veces nos sintamos cansados y hasta decepcionados de la vida,
Jesucristo mismo tenia momentos donde quería renunciar, pero inmediatamente
volvía a conectarse con su padre en oración y era fortalecido.
·
2.1. La oración no solo es para
pedir o exigir, la oración es ese momento donde nos conectamos con Jesucristo
para sentir su presencia y todo su amor. No ores solo para exigir, ora para
agradecer y para contarle la situación que estás viviendo, sin entrar en el
campo de las exigencias.
·
2.2. Solo Jesucristo a través de su
palabra y a través de la oración nos puede dar nuevas fuerzas para continuar
luchando. Isaías 40: 31 “pero los que esperan a
Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no
se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.”
3. Momentos
donde Parece que no hay ninguna salida. V 6 “Me
has puesto en el hoyo profundo, En tinieblas, en lugares profundos.”
Jesucristo es esa luz maravillosa que nos muestra por donde tenemos que avanzar,
recuerda que la palabra de Dios es como nuestra lumbrera al caminar. Salmos
119: 105 “Lámpara es a mis pies tu palabra, Y
lumbrera a mi camino.”
4. Momentos
donde Nos sentimos solos. V 8,18 “as alejado de mí mis conocidos;
Me has puesto por abominación a ellos; Encerrado estoy, y no puedo salir; Has
alejado de mí al amigo y al compañero, Y a mis conocidos has puesto en
tinieblas” en muchas ocasiones nos parece que todos nos han
abandonado, miramos por todas partes y nos parece que no hay nadie quien nos
pueda ayudar.
·
4.1. En estos momentos de soledad
debemos recordar que Jehová siempre estar con nosotros, no importa si los demás
nos abandonan, en Jesucristo siempre podemos confiar. Salmos 27: 10 “Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me
recogerá.”
Jesucristo
no nos quita muchos de esos problemas propios de esta vida, pero si nos entrena
y nos prepara para que salgamos victoriosos. David no le daba gracias a Jehová
por quitarle los problemas, David le daba gracias porque lo entrenaba para las
batallas. Salmos 144: 1 “Bendito sea Jehová, mi roca, Quien adiestra mis manos para la
batalla,
Y mis
dedos para la guerra”
Recuerda
que mientras estemos en este mundo es normal que tengamos dificultades, es
imposible no ser afectados por las consecuencias negativas que vive el mundo
por estar separado de Dios. Jesucristo no nos quita muchos de nuestros problemas,
pero si nos entrena para que podamos resolverlos y nos da fortaleza para
continuar.