Muchas personas por mucho que trabajan y se esfuerzan sienten que las bendiciones que les da Dios se les esfuma, más se demoran en recibirlas que ya no tienen nada. El pueblo de Israel se alejó de Jehová y como consecuencia de esto por mucho que ellos trabajarían no podrían disfrutar de las cosechas. V 11 “El día que las plantes, las harás crecer, y harás que su simiente brote de mañana; pero la cosecha será arrebatada en el día de la angustia, y del dolor desesperado.” Para un empleado su salario podríamos decir que es su cosecha.
O para un
empresario las utilidades que genera su empresa son la cosecha. Muchos buscan
de Jesucristo cuan están pasando por un pésimo momento y cuando Dios los
bendice ya no tienen tiempo para buscar de Jesucristo y se alejan.
Con Jesucristo
recibimos bendiciones y se multiplican en nuestras manos, con Jesucristo no es
importante cuanto recibimos, lo realmente importante es lo que Jesucristo hace
con lo que Recibimos.
Jehová
promete a su pueblo que con el siempre tendrá lo necesario para vivir bien.
Deuteronomio 8: 9 “tierra
en la cual no comerás el pan con escasez, ni te faltará nada en ella; tierra
cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes sacarás cobre.”
Jesucristo
nos da unción de multiplicación, todo lo que recibimos se nos multiplica de
manera sobrenatural. V 13 “y tus
vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo
lo que tuvieres se aumente”
Si Jesucristo
promete bendecirnos y multiplicar lo que recibimos porque muchos cristianos
sienten que la Bendiciones se les Esfuma.
1. Nos
olvidamos de Jesucristo. V 11 “Cuídate
de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos
y sus estatutos que yo te ordeno hoy;” los cristianos que se
congregan tan solo por el interés de un milagro, cuando lo reciben se olvidan
donde era que se congregaban.
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1.1. Ya no nos gusta los estatutos
de Dios, todo nos molesta, las predicaciones con exhortación ya nos molestan,
parece que el Pastor nos la está echando.
2. Nos
volvemos orgullosos, ya no aceptamos consejos, menos correcciones. V 14 “y se enorgullezca tu corazón, y te
olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de
servidumbre” no es que Jesucristo nos de las cosas de manera
mágica, él nos enseña cómo manejar o administrar las bendiciones que nos Da.
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2.1. La mala administración de la bendición
es lo que hace que la bendición se esfume o se nos haga agua entre los dedos de
la mano.
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2.2. El apóstol Lucas nos
recomienda que debemos planificar bien las cosas que vamos hacer para que la bendición
no se termine perdiendo. Lucas 14: 28 “Porque ¿quién de vosotros, queriendo
edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene
lo que necesita para acabarla?”
3. Creemos
que lo que tenemos solo se debe a nuestra capacidad o fuerza. V 17 “y digas en tu corazón: Mi poder y
la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza” todos
necesitamos la ayuda de los demás.
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3.1. La sociedad o nuestra familia
es como un cuerpo y nosotros somos como los órganos que lo formamos, todos nos
necesitamos. 1 corintios 12: 21 “Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco
la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros.”
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3.2. Pero sobre todo las
bendiciones se esfuman cuando nos olvidamos que todas las riquezas que tenemos
es por la misericordia de Dios. V 18 “Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder
para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres,
como en este día”
Jesucristo
nos da sabiduría para administrar bien las bendiciones que él nos regala,
cuando nos alejamos de él o creemos que todo lo que tenemos es solo gracias a
nuestra capacidad, empezamos a derrochar la bendición y por eso sentimos que se
nos Esfuma.