En algunas ocasiones sentimos que la gente ya no quiere escucharnos y no es porque ellos tengan algo en contra de nosotros.
Puedes tener una idea fantástica, un proyecto muy
interesante, pero cuando buscas empatizar con otros, nadie quiere escucharte, o
pretenden hacerlo, pero al final sientes que no es el caso. ¿Qué puede estar
pasando?
Algo
increíble, Jehová que es amor y ejemplo de paciencia en esta ocasión ya no
quería que Jeremías intercediera por su pueblo. V 14 “Tú, pues, no ores por este pueblo, ni
levantes por ellos clamor ni oración; porque yo no oiré en el día que en su
aflicción clamen a mí”
Pueden ser
muchas las razones por las cuales alguien ya no quiere escucharnos, en este
caso Jehová ya no quería escucharlos porque consideraba que su pueblo había
perdido ese derecho por las abominaciones que hacía. V 15 “¿Qué derecho tiene mi amada en mi
casa, habiendo hecho muchas abominaciones? ¿Crees que los sacrificios y las
carnes santificadas de las víctimas pueden evitarte el castigo? ¿Puedes
gloriarte de eso?”
Algunas razones por las cuales Jehová y las demás personas no
quieren escucharnos.
1. No
querer escucharlo a él o a los demás. Proverbios 28: 9 “Al que aparta su oído para no oír
la ley, su oración también es abominación.”
Jesucristo dice: si no me quieres escuchar yo tampoco te quiero escuchar.
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1.1. Muchas veces a nosotros nos
molesta o no tenemos tiempo para escuchar a los demás, pero si nos encanta que
los demás nos presten atención cuando nosotros les hablamos.
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1.2. Escucha a los demás a si lo
que te están diciendo no te parezca muy interesante o ya lo conozcas.
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1.3. Lo más triste para una persona
es darse cuenta que estuvo hablando como media hora con alguien y que nunca le prestó
atención porque estaba entretenido con su celular, viendo televisión o hablando
con alguien más.
2. Cuando
solo hablamos chisme. El llamado de Pablo es que no debemos estar ociosos
buscando chisme con las demás personas. 1 Timoteo 5: 13 “Y también aprenden a ser ociosas,
andando de casa en casa; y no solamente ociosas, sino también chismosas y
entremetidas, hablando lo que no debieran.”
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2.1. Las personas chismosas siempre
son molestas para los demás, el adagio popular dice: todo el que trae también
lleva. A si como te dicen un chisme de los demás a los demás le llevan uno
tuyo.
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2.2. Si lo que te van a decir no te
edifica a ti ni a los demás, es mejor que no los escuches, solo envenenaran tu
alma llevándote a la amargura.
3. Porque
tenemos una mala forma de hablar. Muchas veces no nos moleta lo que nos dicen
lo que nos molesta es la mala actitud conque lo hacen.
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3.1. Para que las personas quieran
escucharnos es necesario endulzar, embellecer o sazonar nuestra forma de
hablar. Colosenses 4: 6 “Que
vuestra conversación sea siempre con gracia, sazonada como con
sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada persona.”
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3.2. La mejor forma de ganar
empatía es haciéndole a los demás lo que no gustaría que ellos nos hicieran a
nosotros. Mateo 7: 12 “Por
eso, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, así también haced vosotros
con ellos, porque esta es la ley y los profetas.”
4. Somos
muy Orgullosos. Proverbios 16: 18 “Delante de la destrucción va el orgullo, y
delante de la caída, la altivez de espíritu.” Las
personas orgullosas se tornan insoportables.
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4.1. El creernos más que los demás
tan solo porque tenemos algo más de dinero es lo que termina alejándonos de los
demás, nadie quiere hablar con un orgulloso.
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4.2. Las personas orgullosas por lo
general siempre terminan ofendiendo, a si esa no sea su intención.
Si por
algún motivo sentimos que Dios o los demás ya no quieren escucharnos, en lugar
de lamentarnos debemos examinar nuestro comportamiento, posiblemente somos
nosotros los culpables de que eso este pasando.