La magnificencia divina hace referencia a la grandeza y generosidad de Dios como creador y fundamento de todo. A nivel personal, el ser humano también puede brillar por su magnificencia a través de su sabiduría, su deseo de superación personal y la valentía para llevar a cabo grandes hazañas. Los seres humanos somos a imagen y semejanza de Jehová Dios por eso tenemos dones y talentos a través de los cuales podemos crear y hacer grandes cosas si nos lo proponemos.
El mal de
estas nuevas generaciones está en que cada día pierden la capacidad de honrar,
ya no honran a sus padres, a sus autoridades y lamentablemente tampoco los
nuevos cristianos honran a Jehová.
Muchos
creen que ser cristiano es tan solo congregarse en algún lugar y exigir
milagros o llamar a un pastor evangélico para que le exija a Dios milagros.
Jehová
exige de su pueblo es decir de nosotros honra. Jeremías 1: 6 “El hijo honra al padre, y el siervo
a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor,
¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes,
que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre?”
Los
cristianos debemos entender que Jehová es el Dios todo poderoso, el creador de
todo y que nosotros tan solo somos sus súbditos. V 4-5 “Y les mandarás que
digan a sus señores: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Así
habéis de decir a vuestros señores:
27:5 Yo hice la tierra, el hombre y las bestias que están sobre la faz de la
tierra, con mi gran poder y con mi brazo extendido, y la di a quien yo quise.”
a muchos cristianos parece que esta gran verdad se nos ha olvidado.
Jehová
puede utilizar a cualquier persona o cualquier cosa para cumplir con sus propósitos.
V 6-7 “Y ahora yo he puesto todas estas tierras en mano de
Nabucodonosor rey de Babilonia, mi siervo, y aun las bestias del campo le he
dado para que le sirvan. 27:7 Y todas las naciones le servirán a él, a su
hijo, y al hijo de su hijo, hasta que venga también el tiempo de su misma
tierra, y la reduzcan a servidumbre muchas naciones y grandes reyes.”
en este caso Jehová quería darle una lección a su pueblo y utilizaría a un
pueblo pagano para lograrlo.
A la Orden
de Dios todos tienen que obedecer a unos sus enemigos, algunos podrían decir
entonces porque no da la orden que todos vivamos en paz y que los malvados
dejen de hacer Maldad. La Respuesta es sencilla una cosa es que Dios utilice a
cualquiera a un a los malvados y otra muy diferente que nos obligue a estar con
él, esa es nuestra decisión el Recibir a Jesucristo en nuestro corazón y
permitirle que transforme nuestra vida es un acto voluntario.
Dios le
llama al rey de Babilonia mi siervo, eso debería hacernos entender que el hecho
de que nosotros nos llamemos siervos de Dios no significa que seamos los
mejores ni mucho menos que estemos por encima de los demás.
Que produce entender la magnificencia de Dios.
1. Que lo
honremos. Malaquías 1: 6 “El
hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde
está mi honra? Y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los
ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En
qué hemos menospreciado tu nombre?”
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1.1. Cada día muchos cristianos se
creen con el derecho de exigirle favores a Jehová como si él fuera inferior a
nosotros.
2.Que lo
amemos. Jesucristo quiere que lo busquemos más por amor que por interés.
Deuteronomio 6: 5 “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu
alma, y con todas tus fuerzas.” El saber de las maravillas
de Jesucristo no debe infundirnos miedo, pero si deseos de Amarlo.
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2.1. El interés nos lleva a buscar
un Dios solo para que nos soluciones los problemas, después lo desechamos, el
amor nos lleva a someternos a su autoridad y a Servirlo.