Los israelitas estuvieron muchos años esclavos de los egipcios y Jehová los hizo libres.
En todos
los años de cautiverio trabajaron para que otros avanzaran o crecieran, esto ya
era común para ellos tanto que cuando ya eran libres los más fuertes esclavizaron
a sus propios hermanos para que trabajaran para ellos y de esta forma crecer y avanzar.
Ellos
estuvieron de acuerdo y los dejaron en libertad. V 10 “Y cuando oyeron todos
los príncipes, y todo el pueblo que había convenido en el pacto de dejar libre
cada uno a su siervo y cada uno a su sierva, que ninguno los usase más como
siervos, obedecieron, y los dejaron.”
Jerusalén
ya se había a acostumbrado a tener a los demás bajo su dominio y se
arrepintieron de dejarlos en libertad y los volvieron a esclavizar. V 11 “Pero después se
arrepintieron, e hicieron volver a los siervos y a las siervas que habían
dejado libres, y los sujetaron como siervos y siervas”
Por esta
razón Jehová se enojó. V 17 “Por tanto, así ha
dicho Jehová: Vosotros no me habéis oído para promulgar cada uno libertad a su
hermano, y cada uno a su compañero; he aquí que yo promulgo libertad, dice
Jehová, a la espada y a la pestilencia y al hambre; y os pondré por afrenta
ante todos los reinos de la tierra” muchos de nosotros
podríamos decir que eso paso en ese tiempo y que ahora ya no tenemos esclavos,
pero la esclavitud no solo puede ser física, la peor esclavitud puede ser la
emocional.
La orden de
Jesucristo es que no nos hagamos esclavos de los demás y lógicamente que
tampoco hagamos esclavos a los demás. 1 Corintios 7: 23 “Por precio fuisteis
comprados; no os hagáis esclavos de los hombres.”
Hoy en día
es muy común encontrar que se practica en gran manera la esclavitud Emocional
con las personas que decimos querer o amar. El enamoramiento mal manejado puede
ser una causa de esclavitud emocional.
Lo más
preocupante es que muchas veces no es que estemos encadenados, es que nosotros
tomamos las cadenas de manera voluntaria, por eso el llamado no es a romper las
cadenas, el llamado es suelta las cadenas con las que te atas o atas a los demás.
¿Cuándo nosotros mismos nos convertimos en esclavos de los Demás?
1.
Cuando
vivimos haciéndonos responsables de los sentimientos ajenos. Esto suele generar
una gran carga que llevamos “sobre nuestros hombros”, sobre todo en nuestras
relaciones más cercanas.
·
1.1. Nos creemos responsables por la felicidad
o infelicidad de los demás, terminamos aceptando todo lo que nos dicen.
·
1.2. Creemos que los demás son infelices por
aquello que hicimos o no hicimos o por aquello que dijimos o dejamos de decir.
2. Queremos
solucionarle los problemas a todo el mundo. Creemos que si nosotros no los
ayudamos no hay quien lo haga.
·
2.1. Creemos que a los demás les va
mal porque nosotros no los ayudamos, nos metemos tanto en la vida de los demás
que nos olvidamos de la nuestra. Cantares 1: 6 “No os fijéis en que soy morena, porque el
sol me ha quemado. Los hijos de mi madre se enojaron conmigo; me pusieron a
guardar las viñas, y mi propia viña no guardé.”
·
2.2. Muchas personas lo tienen todo
para ser felices, una buena pareja, estabilidad económica. Etc. Pero son
infelices por estar pendientes de los demás.
Y así como
algunos nos hacen sus esclavos, en algunas ocasiones también nosotros
terminamos esclavizando a otros: Muchas veces haciéndonos las víctimas, los
enojados, los enfermos. Etc. Emocionalmente son muchas las armas que podemos
utilizar para mantener esclavos a los demás.