El deseo que tiene Jesucristo en su corazón es que todo el mundo sea salvo y conozca la verdad sobre Jesucristo. 1 Timoteo 2: 4 “el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al pleno conocimiento de la verdad.”
Los seres humanos vivimos cautivos en una serie de
complejos y temores que nos hacen actuar o proceder con mala actitud.
Para que el
mundo entero conozca sobre esta verdad se requiere de siervos que la anuncien
de manera local en cada región y de manera mundial a través de los diferentes avances
tecnológico.
Hay siervos
de Cristo especializados en manejar los diferentes medios de comunicación para
desarrollar esta evangelización masiva o mundial y hay siervos especializados en
evangelizar de manera presencial en diferentes territorios del mundo.
Cualquiera que
sea el mandato y los dones que haya recibido los diferentes siervos de Dios
para lograr esta misión se necesita de personas que de alguna forma ayuden a
los siervos de Cristo.
La ayuda que
cualquier persona realice a los siervos que tienen una misión se considera una
siembra, todo lo que se siembra germina y crese y de todo lo que se siembra lógicamente
se cosecha.
En otras palabras,
podríamos decir que todo aquel que siembra en un siervo de Dios recibe recompensa.
Los que quieren bendecir serán bendecidos para que lo puedan hacer, nadie da de
lo que no tiene.
Veamos algunos casos de personas bendecidas por bendecir.
1. Una mujer
que no tenía hijos sembró en el profeta Eliseo y fue bendecida. 2 Reyes 4: 8-10
“Un día en que Eliseo
pasó por Sunem, una mujer importante que allí vivía lo invitó con mucha
insistencia a que pasara a comer. Y cada vez que Eliseo pasaba por allí, se
quedaba a comer. 9 Entonces
ella le dijo a su marido: —Mira, yo sé que este hombre que cada vez que
pasa nos visita, es un santo profeta de Dios. 10 Vamos a
construir en la azotea un cuarto para él. Le pondremos una cama, una mesa, una
silla y una lámpara. Así, cuando él venga a visitarnos, podrá quedarse allí.”
2. Ebed-melec
ayudo al profeta Jeremías. Jeremías 38:
9 “Mi señor
el rey, mal hicieron estos varones en todo lo que han hecho con el profeta
Jeremías, al cual hicieron echar en la cisterna; porque allí morirá de hambre,
pues no hay más pan en la ciudad.”
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2.1.Y también
Jehová lo Recompenso. Jeremías 39: 16-17 “Ve y habla a Ebed-melec etíope, diciendo: Así ha
dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí yo traigo mis palabras
sobre esta ciudad para mal, y no para bien; y sucederá esto en aquel día en
presencia tuya. 17 Pero en aquel día yo te libraré,
dice Jehová, y no serás entregado en manos de aquellos a quienes tú temes.”
Todo aquel que
se dispone a bendecir la obra de Salvación a través de sus siervos serán bendecidos
porque es una promesa de Jesucristo. Mateo 10: 42 “Y el que le dé al más humilde de mis discípulos un
vaso de agua por el simple hecho de que es mi discípulo recibirá su recompensa:
esto se lo aseguro yo a ustedes”
Jehová
bendice a quien bendice. Génesis 12: 3 “Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te
maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.”
La palabra
de Dios es gratis y no se vende, imprimir, gravar y llevar esa palabra hasta
los últimos rincones de la tierra es lo que cuesta.
Como le
dijo Mardoqueo a su sobrina Ester, contigo o sin ti Jesucristo cumplirá su propósito,
solo que si tú te dispones a sembrar él te dará la semilla para que lo hagas. El
que bendice recibe bendición.