Todos los días los seres humanos tenemos diferentes batallas que librar y por supuesto nuestra intención es ganarlas.
Cada mañana tenemos
que enfrentarnos a diferentes retos y propósitos.
Todos tenemos
batallas económicas, emocionales, espirituales o familiares.
Daniel tenía
que librar una batalla muy particular, él tenía que salvar su vida y la de los demás
sabios.
A través de este capítulo
podemos aprender cómo salir victoriosos en nuestras batallas diarias.
Como Ganar
nuestras batallas.
1. Hablando con
sabiduría y prudencia. V 14 “Entonces Daniel habló
sabia y prudentemente a Arioc, capitán de la guardia del rey, que había salido
para matar a los sabios de Babilonia.” la falta de sabiduría nos lleva a
ser arrogantes y la arrogancia nos hace ser imprudentes y groseros.
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1.1. Muchas batallas se pueden perder por nuestra
mala actitud al hablar con los demás y muchas otras se pueden ganar tan solo
con una buena actitud.
2. Esperando el
momento oportuno para actuar. V 16-17 “Y Daniel
entró y pidió al rey que le diese tiempo, y que él mostraría la interpretación
al rey. Luego se fue Daniel a su casa e hizo saber lo que había a Ananías, Misael
y Azarías, sus compañeros” cuando obramos de manera apresurada siempre
terminamos equivocándonos en nuestras decisiones.
3. Reconociendo que
es Jesucristo quien nos hace ganar nuestras batallas. V 19-20 “Entonces el secreto fue revelado a Daniel en visión de
noche, por lo cual bendijo Daniel al Dios del cielo. Y Daniel habló y dijo: Sea
bendito el nombre de Dios de siglos en siglos, porque suyos son el poder y la
sabiduría.” Jesucristo nos da dones y talentos, pero sobre todo nos da
Gracia delante de los demás.
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3.1. Es Jesucristo quien determina lo que ha de
suceder con nosotros. V 21 “Él muda los tiempos y
las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la
ciencia a los entendidos.”
4. Siendo
agradecidos con Dios y con los demás. V 23 “A ti,
oh Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has dado sabiduría
y fuerza, y ahora me has revelado lo que te pedimos; pues nos has dado a
conocer el asunto del rey.”
5. Ayudando a que
otros también ganen sus batallas. V 24 “Después de
esto fue Daniel a Arioc, al cual el rey había puesto para matar a los sabios de
Babilonia, y le dijo así: No mates a los sabios de Babilonia; llévame a la
presencia del rey, y yo le mostraré la interpretación.”
6. Dando el crédito
a Dios de los triunfos que tenemos. V 28 “Pero hay
un Dios en los cielos, el cual revela los misterios, y él ha hecho saber al rey
Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los postreros días. He aquí tu sueño, y
las visiones que has tenido en tu cama”
7. No vanagloriándose
o creyéndose más que los demás. V 30 “Y a mí me ha
sido revelado este misterio, no porque en mí haya más sabiduría que en todos
los vivientes, sino para que se dé a conocer al rey la interpretación, y para
que entiendas los pensamientos de tu corazón”
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7.1. Nuestra forma de ser puede lograr que otros
crean en nuestro Dios. V 47 “El rey habló a Daniel,
y dijo: Ciertamente el Dios vuestro es Dios de dioses, y Señor de los reyes, y
el que revela los misterios, pues pudiste revelar este misterio.” La
mejor forma de evangelizar es con nuestro testimonio.
Jesucristo nos exalta
delante de los demás. V 48 “Entonces el rey
engrandeció a Daniel, y le dio muchos honores y grandes dones, y le hizo
gobernador de toda la provincia de Babilonia, y jefe supremo de todos los
sabios de Babilonia.” Jesucristo nos exalta ante los demás.
nos da gracia y
recibimos favores de los demás. V 49 “Y Daniel
solicitó del rey, y obtuvo que pusiera sobre los negocios de la provincia de
Babilonia a Sadrac, Mesac y Abed-nego; y Daniel estaba en la corte del rey.”
Nuestra actitud y
nuestra forma de ser determina que ganemos o perdamos nuestras batallas, Jesucristo
nos da dones y talentos, pero sobre todo nos da gracia para poder triunfar.