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Daniel 5. Aprende del error ajeno.

 

Todos los seres humanos tenemos amigos o conocidos que en algún momento se equivocaron y fracasaron, debemos estar pendientes de ellos, no para criticarlos, debemos estar pendientes para aprender.

Dicen que hay tres tipos de personas, “Los Inteligentes” que aprenden de sus experiencias; “Los Sabios” que aprenden de los errores de los demás y “Los Torpes” que no aprenden de los errores de los demás, ni de los propios. ¿En qué grupo te encuentras? 

Para saber que la candela quema no necesitamos meter la mano en el fuego, por sentido común sabemos  que quema.

Lastimosamente hay personas que no aprenden hasta que a ellos les pasa. Los padres se cansan de recomendar a sus hijos que no cometan los mismos errores de sus padres, pero insisten en vivir su propia vida.

Cuando no tenemos un propósito claro y bien definido para nuestra vida siempre terminamos dejando que otros influyan en nosotros.

Nabucodonosor se equivocó, pero aprendió de su error y se corrigió, esto hizo que Dios tuviera misericordia de él. V 20-21 “Mas cuando su corazón se ensoberbeció, y su espíritu se endureció en su orgullo, fue depuesto del trono de su reino, y despojado de su gloria. 
5:21 Y fue echado de entre los hijos de los hombres, y su mente se hizo semejante a la de las bestias, y con los asnos monteses fue su morada. Hierba le hicieron comer como a buey, y su cuerpo fue mojado con el rocío del cielo, hasta que reconoció que el Altísimo Dios tiene dominio sobre el reino de los hombres, y que pone sobre él al que le place.

Las circunstancias son diferentes en cada persona, es por eso que siempre debemos tratar de vivir de manera correcta. Como padres podemos equivocarnos y corregirnos. Pero eso no es garantía que nuestros hijos tengan la capacidad de hacer lo mismo. Muchos hijos cometen los mismos errores de los padres, pero no tienen la capacidad de corregir.

Belsasar no pudo corregirse como si lo hizo su padre. V 22 “Y tú, su hijo Belsasar, no has humillado tu corazón, sabiendo todo esto;” muchos padres cometen el error de no corregir a tiempo a sus hijos. Argumentando “cuando tenía su edad yo era así”

Dios le dio tiempo a Nabucodonosor para arrepentirse. 4: 29 “Al cabo de doce meses, paseando en el palacio real de Babilonia,” en el caso belsasar la advertencia fue fulminante. V 30 “La misma noche fue muerto Belsasar rey de los caldeos.” No porque Dios sea injusto. Belsasar tuvo tiempo, el tiempo de su padre, él tenía que haber aprendido de la experiencia de su Nabucodonosor. V 22. “Y tú, su hijo Belsasar, no has humillado tu corazón, sabiendo todo esto;

Dios nos habla de muchas formas solo que no le entendemos o lo que es más grave, no le queremos entender. V 5 “En aquella misma hora aparecieron los dedos de una mano de hombre, que escribía delante del candelero sobre lo encalado de la pared del palacio real, y el rey veía la mano que escribía.”

Las experiencias en la vida deben servir para darnos peso en conocimiento, los problemas, las dificultades en nuestra vida es nuestra balanza. V 27 “TEKEL: Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto.

Escucha el consejo de personas que ya han vivido lo que tu estas pasando, puede ser de mucha ayuda. Y sobre todo escucha los consejos de Dios a través de su palabra.

Es de inteligentes aprender de los propios errores, es de sabios aprender de los errores de los demás