Jesucristo se hizo hombre y vino a la tierra para enseñarnos a obtener la salvación y la vida eterna pero también vino a esta tierra para enseñarnos a tener vidas de excelencia, ser excelente no es ser perfecto, ser excelente es tener la capacidad de cada día ser mejores en persona y en todo lo que hacemos.
Mas acuérdate del Señor tu Dios, porque Él es el que te da poder para hacer riquezas, a fin de confirmar su pacto, el cual juró a tus padres como en este día.”
La única firma
para que una familia o una nación sea prospera es si desarrolla la capacidad de
producir, sin producción no puede haber progreso.
Jesucristo
asegura que todo árbol que no produce será destruido. Mateo 7: 19 – 20 “Todo
árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. 20 Así que, por sus frutos
los conoceréis.” La diligencia o la negligencia de
una persona se la conoce por sus frutos.
Si quieres asociarte
con alguien para lograr lo que te propones primero mírale sus frutos, si no
tiene frutos, para ti solo será una carga.
La única forma
de conformar sociedades y familias productivas es involucrando a los miembros
en todo lo que se hace.
Jesús tenía
tan solo doce años y Jehová ya lo había involucrado en lo que se consideraba su
trabajo. V 49 “Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los
negocios de mi Padre me es necesario estar?” el que
nuestros hijos se interesen por lo que nosotros hacemos sea en lo espiritual o
en lo secular depende de nosotros los padres.
Las bases
para ser una persona de éxito están en el hogar es en la casa como aprendemos a
ser personas de éxito o personas de fracaso. El éxito en el hogar se lo
consigue solo en unidad las personas individualistas por lo general viven en
fracaso.
Cuando
hablamos de los negocios no necesariamente estamos hablando de algo mercantil.
Estar en los negocios de nuestros padres significa estar interesados en todo lo
que en la casa sucede y ser responsables en todo lo que haya que hacer.
Como se consigue ser un pueblo productivo.
1.
Involucrándolos en nuestras actividades.
1.1.
En lo Espiritual. Haciendo que ellos oren con nosotros. Delegándoles la oración
familiar, haciendo que estudien con nosotros la Biblia, llevándolos al culto,
muchos padres cristianos prefieren dejar a sus hijos encerrados en la casa o
jugando en la calle mientras ellos asisten al templo.
La
excusa de muchos de estos padres es que ellos no los quieren obligar. Solo
quedan dos opciones los obligas entre comillas a relacionarse con Dios o dejas
que el mundo los obligue sin comillas a involucrarse en las cosas del mundo. V
41-42 “Iban
sus padres todos los años a Jerusalén en la fiesta de la pascua; y cuando tuvo
doce años, subieron a Jerusalén conforme a la costumbre de la fiesta.” para José y María era una costumbre acudir cada año
a esa fiesta y lógicamente su hijo estaba con ellos.
1.2.
En lo secular. Está muy bien que trabajes muy duro para dejarles a tus hijos
una empresa o unos bienes materiales, pero si no quieres que ellos después de
tu muerte los despilfarren empieza a involucrarlos en lo que haces. Que bueno
que nuestros hijos sepan de donde y como sale el dinero que nosotros les damos.
Juan 5: 17 “Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.”
2.
Haciéndoles ver la Importancia de nuestros negocios. Para Jesús la salvación y
la vida eterna eran muy importante. Tanto que dio su vida para lograrlo.
2.1.
En lo espiritual. Enséñales lo importante de mantener una buena relación con
Dios. Solo cuando vemos los beneficios de algo es que llegamos a valorarlo, más
qué obligar a tus hijos motívalos para que participen de las actividades del
culto.
2.2.
En lo secular. No obligues a tus hijos a trabar contigo ni tampoco abuses de
ellos para no caer en la explotación infantil. Pero si enséñales a valorar lo
que Dios te ha dado. Si ellos aman tu trabajo te ayudarán con alegría y lo más
importante se encargarán de lo tuyo el día en que no estés o el día en que ya
estés cansado para continuar.
Enséñales
el sentido de la responsabilidad hay cosas que ellos ya pueden hacer sin necesidad
de que tu estés tras de ellos obligándolos o rogándoles que lo hagan.
La única forma
detener familias victoriosas y sobre todo prosperas es enseñándoles a nuestros
hijos y demás integrantes de la familia a ser productivos.