En este mundo solo hay dos tipos de personas y de sociedades, personas o sociedades pobres y personas y sociedad prosperas.
Lo que hace
que una persona o una sociedad prospere es el ser útiles o producir frutos.
Los
gobernantes que prometen darle todo lo que necesitan a los habitantes de su
país o ciudad sin que nada les cueste los condenan a la pobreza y mediocridad.
Lo único
que genera prosperidad en una familia o una nación es la capacidad productiva
de sus miembros.
Jesús
quería enseñarles este principio a sus discípulos y lo hace a través de una higuera.
Para Dios una persona que no da frutos es una persona inútil. V 18-19 “Por la mañana,
volviendo a la ciudad, tuvo hambre. Y viendo una higuera cerca del camino, vino
a ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente; y le dijo: Nunca jamás nazca
de ti fruto. Y luego se secó la higuera.”
Jesucristo
mide la capacidad de una perdona a través de sus frutos. Mateo 7: 16 “Por
sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de
los abrojos?” Dios desecha a quien no da frutos.
Como conseguir frutos de manera espiritual y de manera
Secular.
1.
Trabajando. 2 Timoteo 2: 6 “El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar
primero.” todos nuestros sueños o
propósitos podrán ser una realidad si trabajamos por conseguirlo. No basta con
que tengas una lista de lo que quieres también es necesario que empieces a
trabaja por ello.
2. Hacer
Buenas Obras. Tito 3: 14 “Y aprendan también los nuestros a ocuparse en buenas obras
para los casos de necesidad, para que no sean sin fruto” no solo
obras de caridad. Las obras que ejecutamos nos deben conducir a la consecución
de lo que nos hemos propuesto.
3. Amando
lo que hacemos. 2 Pedro 1: 7-8 “a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.
Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos
ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.” solo cuando amamos lo que hacemos nos sentimos bien
y sobre todo damos frutos. Es imposible rendir en un lugar donde nos sentimos
incomodos.
4. Estando
Junto a Cristo. Juan 15: 5- 6 “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en
mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis
hacer.” solo cuando tenemos a Cristo en
nuestro corazón somos capaces de dar más de lo que tenemos que dar. Jesucristo
nos llena de su amor y el amor nos da fuerzas y pación para hacer bien lo que
tenemos que hacer.
Podríamos
preguntarnos. ¿Qué frutos estamos dando? Los frutos son importantes en cada
área de nuestra vida. Como padres, como hijos, como miembros de una sociedad,
en la iglesia, en el trabajo. Etc.
Que ganamos cuando luchamos por producir.
1. En lo
Espiritual. Cuando damos frutos nos convertimos en discípulos. Juan 15: 8 “En esto es glorificado
mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.”
Es decir, los frutos son los que nos identifican como discípulos de Cristo. No
basta con decir que pertenecemos a alguna iglesia lo importante es dar frutos
para Cristo.
2. En lo
secular. Logramos alcanzar todas nuestras metas o hacer realidad cada uno de
nuestros sueños.
Dar frutos
no es una opción. Dar frutos es una orden y la única forma de dar frutos es
estando junto a Jesucristo. Juan 15: 2 “Todo pámpano que en mí no lleva
fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve
más fruto.”
Una persona
que no da frutos es una persona estéril o inútil. Solo con Jesucristo en
nuestro corazón y mucho esfuerzo de nuestra parte nos convierte en personas
útiles.