El Espíritu Santo no es un instrumento en las manos del cristiano, nosotros los cristianos somos instrumento a disposición del Espíritu Santo.
La única forma
de llegar a ser personas de excelencia o cristianos de excelencia es si nos
dejamos guiar por el Espíritu Santo.
El Espíritu
Santo es nuestro ayudador o consolador, no porque el haga lo que le pedimos,
por lo contrario, nosotros debemos hacer lo que él nos dice que hagamos.
El consolador
o el Espíritu Santo es quien nos enseña lo que no sabemos y necesitamos conocer.
Juan 14: 26 “Mas
el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os
enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.”
Para Jehová
el Espíritu Santo es tan importante que uno de sus requisitos para llamarnos
sus hijos es que aceptemos a su espíritu. Romanos 8: 14 “Porque todos los que son guiados por el Espíritu
de Dios, estos son hijos de Dios”
Como nos Guía el Espíritu Santo.
1. Nos dice
cuando debemos hablar y cuando debemos callar. Hechos 16: 6 “Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia,
les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia”
nuestras emociones muchas veces nos hacen hablar cosas que nos meten en
problemas.
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1.1. Puede ser que nuestra
inteligencia nos diga cómo hablar, de manera muy elegante y elocuente, pero el espíritu
santo nos dice si es el tiempo para hablar o debemos esperar.
2. Nos dice
donde debemos ir y por donde no demos transitar. V 7 “y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a
Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió” muchos
caminos y muchos lugares tan solo son de perdición y nuestras emociones no nos
permiten ver.
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2.1. Los seres humanos somos
influenciables y en ciertos lugares las personas que ahí habitan son mala
influencia.
3. Dios nos
llama a través de su Santo Espíritu. V 10 “Cuando vio la visión, en seguida procuramos partir
para Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciásemos
el evangelio.”
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3.1. Si Dios nos llama él se
encarga de darnos lo que necesitamos para trabajar en su obra, nos da los
recursos económicos, las personas necesarias y el conocimiento para poder
actuar.
4. El Espíritu
nos enseña cómo debemos pedir y sobre todo intercede por nosotros. Romanos 8: 26 “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra
debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el
Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles”
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4.1. La mayoría de nosotros no
sabemos cómo pedir, por lo general pedimos cosas que no son para nuestro
beneficio. Santiago 4: 3 “Pedís
y no recibís, porque pedís con malos propósitos, para gastarlo en vuestros placeres”
5. Nos
advierte sobre lo que nos puede pasar. Hechos 20: 23 “salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades
me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones.”
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5.1. Nos da fortaleza para resistir
lo que nos pueda acontecer. V 24 “Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa
mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús,
para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios”
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5.2. El Apóstol Pablo sabía que tendría
que sufrir por causa del evangelio, pero también sabia que el Espíritu Santo le
daría las fuerzas necesarias para lograr lo que se había propuesto.
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5.3. Así como nos da fuerzas para
soportar nuestra Misión espiritual, también nos da fuerzas en el área secular
para que podamos lograr nuestras metas o propósitos empresariales, familiares y
de estudio.
La única forma
que tenemos para salir victoriosos en todo lo que nos propongamos sea en lo espiritual
o en lo secular es si nos dejamos guiar por el Espíritu Santo.