Jesucristo nos limpia de todo lo que contaminaba nuestro corazón, pero es nuestra decisión si conservamos segmentos de esa vieja vida que se convierten en impurezas.
La
levadura es un Grupo de hongos unicelulares y
microscópicos que producen fermentaciones Cualquier
masa constituida por ellos es capaz de levantar o hacer fermentar el cuerpo con
el que se mezcla:
Los miembros de la congregación todavía conservaban algunas cosas de su
vieja vida, cosas que tal vez eran pequeñas pero que con el tiempo podían
crecer hasta convertirse en un pecado.
Cuando
llegamos a los pies de Cristo tenemos una nueva vida, las cosas viejas pasan,
nuestros pecados son perdonados, pero a pesar de tener una vida entregada a
Cristo muchos vuelven o través a la inmundicia de donde Dios los saco.
Un
cristiano no vuelve al mundo de la noche a la mañana primero sufre todo un
proceso de descomposición. Desecha cualquier cosa que se aloje en tu mente y
que no sea agradable a Dios.
La única
forma para que una masa no se descomponga es quitando la levadura o las cosas
que la podrían dañar. V 7 “Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin
levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada
por nosotros.”
Qué cosas
provocaban que vivieras mal antes de conocer de Cristo, sería muy bueno que las
empezaras a detectar ahora en tu nueva vida; pedazos de levadura tales como: la
envidia, el rencor, el orgullo, la falta de perdón. Etc. Una de las
características de la levadura es que tiene la capacidad de levantar o crecer.
Si no
quitas rápido esos pedazos de levadura, pronto tu vida será contaminada, esto
quiere decir que tu comportamiento poco a poco va a ser transformado hasta
volver al mismo estado de descomposición de donde Cristo nos sacó.
Solo si
eres sincero contigo mismo y aceptas que hay cosas que debes cambiar y dejas
que la verdad de Cristo actué en ti, tu vida se mantendrá limpia. V 8 “Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la
levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y
de verdad.”
Si
queremos mantenernos limpios debemos alejarnos de los que cometen pecado. V 9 “Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios;”
Pablo lo
explica de manera maravillosa, alejarse del pecado no es alejarse de los del
mundo. La mayoría de los cristianos tenemos más contacto con los del mundo que
con los cristianos, trabajamos, estudiamos e incluso vivimos con gente no
amadora de Jesucristo. Debemos alejarnos de los que dicen ser cristianos y
todavía conserva malas practica porque las ama más que a Cristo. V 10-11 “no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o
con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario
salir del mundo. 5:11 Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno
que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente,
o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis.”
Cuando los
actos del mundo empiezan a llenar la iglesia pronto el pecado también empieza
apoderarse de sus miembros. V 1 “De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación
cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su
padre.”
Lo más
triste no es solo que el pecado entre a la iglesia a través de alguno de sus
miembros, lo más triste es que sus dirigentes lo consienten por temor al enojo
del hermano. V 2 “Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien haberos lamentado,
para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción?”
Muchas
organizaciones religiosas o cristianas por temor a ver reducidas en número a
sus iglesias parecen complacerse con lo que sus miembros hacen. V 6 “No es buena vuestra jactancia. ¿No
sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa?”
Mira que
levadura hay en tu vida, no necesariamente la levadura puede ser pecado como el
que conocemos. Esa levadura también puede ser los diferentes prejuicios o
temores que todavía tenemos y que nos impiden avanzar.