Las personas de éxito son aquellas que no se doblegan frente a las situaciones difíciles.
Todos los
seres humanos tenemos buenos momentos donde todo nos sale bien y malos momentos
donde todo parece perdido.
La clave
para continuar en nuestro camino al éxito está en nunca permitir que las adversidades
nos mantengan con la cabeza baja.
Las personas
triunfadoras son aquellas que ven en las dificultades oportunidades para
avanzar y mejorar, las personas triunfadoras se comparan con el girasol.
Dicen que los girasoles siguen la luz del astro rey
en todo su trayecto diario, desde que nace por la mañana y hasta que se oculta,
al caer la tarde. Persiguen tal resplandor por una razón: necesitan sus rayos
para no dejarse abatir por las tempestades.
Jesucristo es nuestra luz, es a él a quien tenemos que
mantener nuestra mirada, si seguimos su brillante luz podremos mantenernos
siempre con la frente en alto.
El que mantiene su mirada en Cristo nunca transitara en
oscuridad, a si los días estén nublados por los problemas. Juan 8: 12 “Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz
del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas,
sino que tendrá la luz de la vida.”
Con Jesucristo
siempre seremos más que vencedores, porque, aunque parezcamos derrotados con él
siempre nos volveremos a parar. Romanos 8: 37 “Antes, en todas estas cosas somos
más que vencedores por medio de aquel que nos amó.”
En muchas ocasiones
los enemigos de Pablo quisieron acabar con su vida. Hechos 25: 3 “pidiendo contra él, como gracia, que le hiciese
traer a Jerusalén; preparando ellos una celada para matarle en el camino”
en muchas ocasiones nuestros enemigos van a querer acabar con nuestros sueños o
con nuestros propósitos.
Mantener la
frente en alto no es ser orgulloso o creernos más que los demás, mantener la
frente en alto significa que tenemos la capacidad de reconocer nuestros errores
y corregirlos.
Con la
frente en alto tenemos la capacidad de exigir nuestros derechos al igual que
nuestro respeto si estamos haciendo las cosas bien. V 11 “Porque si algún agravio, o cosa alguna digna de
muerte he hecho, no rehúso morir; pero si nada hay de las cosas de que estos me
acusan, nadie puede entregarme a ellos. A César apelo.”
No en
vano estas hermosas flores están asociadas a los maravillosos símbolos de la
perseverancia, la felicidad, el amor y la fuerza para levantarse tras las
borrascas.
Como mantener nuestra frente en Alto.
1.Amandonos a nosotros
mismos. Mateo 22: 39 “Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo
como a ti mismo.”
2.Haciendo las
cosas con Amor. Colosenses 3: 23 “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como
para el Señor y no para los hombres”
3.Manteniendo
siempre la humildad. Filipenses 2: 3 “Nada hagáis por egoísmo o por vanagloria, sino que
con actitud humilde cada uno de vosotros considere al otro como más importante
que a sí mismo” mantener la frente en alto no
es humillar a los demás.
Nuestras equivocaciones
no son razón para mantenernos con la frente abajo, si te equivocaste arrepiéntete
y corrige, si caíste levántate y vuelve a comenzar, si tienes problemas míralos
como oportunidades de cambiar y avanzar y sobre todo nunca dejes de mirar la
luz maravillosa de Cristo.