Existe una enfermedad llamada Amiloidosis Cardiaca que se conoce también como “síndrome de corazón rígido”. Esta enfermedad no solamente puede ser letal, sino que también es posible heredarla. Quienes padecen esta seria condición sufren varios síntomas que alteran su cotidianeidad y calidad de vida, por ejemplo, micción excesiva, fatiga profunda, palpitaciones fuera de lo normal, dificultad para respirar, inflamación en diversas partes del cuerpo y sensación de ahogo al estar acostado.
Físicamente encontramos esta
enfermedad, Jesucristo nos advierte que emocionalmente también la podemos
padecer. V 8 “No endurezcáis vuestros corazones,
Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto,”
Emocionalmente y en biblia el corazón
representa nuestras emociones, nuestro comportamiento depende de nuestras
emociones, de lo que tenemos en nuestro corazón es lo que nuestra boca habla.
Lucas 6: 45 “El
hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo,
del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón
habla la boca.”
Jesucristo nos recomienda que no
endurezcamos nuestro corazón, a diferencia de la Amiloidosis
que es una enfermedad que no depende de la persona, el endurecer el corazón si
depende de nosotros.
Nuestro corazón
se endurece cuando permitimos que los demás nos afecten con sus malos
comportamientos.
Nuestra
felicidad no depende de los demás, Jesucristo no solo nos ofrece vida eterna, él
nos ofrece una vida llena de felicidad aun en medio de las dificultades, si nos
alejamos de Jesucristo nos alejamos de la felicidad.
Satanás no quiere
nuestra felicidad, por eso siempre trata de alejarnos de Jesucristo
endureciéndonos el corazón a través de conflictos repetitivos con nuestra
pareja o nuestros hijos, las enfermedades y hasta el exceso de buena salud
terminan endureciendo nuestro corazón.
Síntomas de un corazón endurecido o próximo a endurecerse.
1.No es
agradecido. 1 Tesalonicenses 5: 18 “dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para
vosotros en Cristo Jesús.”
Cree que todo lo merece y no valora el trabajo y el esfuerzo de los
demás.
2.Solo mira
las fallas de los demás. Romanos 14: 10 “Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O
tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos
ante el tribunal de Cristo” las personas con el corazón
endurecido solo miran lo malo de los demás les cuesta reconocer sus cualidades.
3.No sabe Amar.
1 Juan 4: 7 “Amados,
amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido
de Dios, y conoce a Dios.” El amarnos los unos a los otros
nos permite vivir en armonía.
4.Siempre
es negativo. La única forma de vivir bien, en felicidad y prosperidad es
desechando todo pensamiento de mediocridad. Filipenses 4: 8 “Por lo demás, hermanos, todo lo
que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable,
todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza,
en esto pensad”
5.Es
intolerante. La felicidad no consiste en no tener diferencias con los demás, la
felicidad está en sabernos soportar los unos a los otros. Colosenses 3: 13 “soportándoos unos a otros, y
perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la
manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros”
todos los seres humanos somos diferentes para ser complemento.
6.No Reconoce sus errores. La nica forma de
llegar a la perfección es reconociendo nuestras equivocaciones para poder
corregir. Salmo 32: 5 “Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije:
Confesaré mis transgresiones a Jehová; Y tú perdonaste la maldad de mi
pecado. Selah”
7.No
perdona ni pide Perdón. Efesios 4: 32 “Antes sed benignos unos con otros,
misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a
vosotros en Cristo.” Todos cometemos errores de manera voluntaria o
involuntaria, para vivir en paz y en armonía es necesario perdonarnos
mutuamente y darnos otra oportunidad.
Un corazón endurecido nos impide
tener una buena convivencia con los demás, de una excelente convivencia depende
que podamos vivir en felicidad, la felicidad no depende de los demás, depende
de nuestra forma de comportarnos frente a los demás.