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Hebreos 3. Un corazón duro

 

Existe una enfermedad llamada Amiloidosis Cardiaca que se conoce también como “síndrome de corazón rígido”. Esta enfermedad no solamente puede ser letal, sino que también es posible heredarla. Quienes padecen esta seria condición sufren varios síntomas que alteran su cotidianeidad y calidad de vida, por ejemplo, micción excesiva, fatiga profunda, palpitaciones fuera de lo normal, dificultad para respirar, inflamación en diversas partes del cuerpo y sensación de ahogo al estar acostado.

Físicamente encontramos esta enfermedad, Jesucristo nos advierte que emocionalmente también la podemos padecer. V 8 “No endurezcáis vuestros corazones, Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto,

Emocionalmente y en biblia el corazón representa nuestras emociones, nuestro comportamiento depende de nuestras emociones, de lo que tenemos en nuestro corazón es lo que nuestra boca habla. Lucas 6: 45 “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.

Jesucristo nos recomienda que no endurezcamos nuestro corazón, a diferencia de la Amiloidosis que es una enfermedad que no depende de la persona, el endurecer el corazón si depende de nosotros.

Nuestro corazón se endurece cuando permitimos que los demás nos afecten con sus malos comportamientos.

Nuestra felicidad no depende de los demás, Jesucristo no solo nos ofrece vida eterna, él nos ofrece una vida llena de felicidad aun en medio de las dificultades, si nos alejamos de Jesucristo nos alejamos de la felicidad.

Satanás no quiere nuestra felicidad, por eso siempre trata de alejarnos de Jesucristo endureciéndonos el corazón a través de conflictos repetitivos con nuestra pareja o nuestros hijos, las enfermedades y hasta el exceso de buena salud terminan endureciendo nuestro corazón.

Síntomas de un corazón endurecido o próximo a endurecerse.

1.No es agradecido. 1 Tesalonicenses 5: 18 “dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús.  Cree que todo lo merece y no valora el trabajo y el esfuerzo de los demás.

2.Solo mira las fallas de los demás. Romanos 14: 10 “Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo” las personas con el corazón endurecido solo miran lo malo de los demás les cuesta reconocer sus cualidades.

3.No sabe Amar. 1 Juan 4: 7 “Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.” El amarnos los unos a los otros nos permite vivir en armonía.

4.Siempre es negativo. La única forma de vivir bien, en felicidad y prosperidad es desechando todo pensamiento de mediocridad. Filipenses 4: 8 “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad

5.Es intolerante. La felicidad no consiste en no tener diferencias con los demás, la felicidad está en sabernos soportar los unos a los otros. Colosenses 3: 13 “soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros” todos los seres humanos somos diferentes para ser complemento.

6.No Reconoce sus errores. La nica forma de llegar a la perfección es reconociendo nuestras equivocaciones para poder corregir. Salmo 32: 5 “Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. Selah

7.No perdona ni pide Perdón. Efesios 4: 32 “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.” Todos cometemos errores de manera voluntaria o involuntaria, para vivir en paz y en armonía es necesario perdonarnos mutuamente y darnos otra oportunidad.

Un corazón endurecido nos impide tener una buena convivencia con los demás, de una excelente convivencia depende que podamos vivir en felicidad, la felicidad no depende de los demás, depende de nuestra forma de comportarnos frente a los demás.