Orar es hablar, esta definición la sabemos todos quienes nos consideramos cristianos.
Pero en realidad orar no solo es hablar por hablar,
orar es dialogar con nuestro padre eterno Jehová o con nuestro hermano Jesucristo.
Muchos consideramos que orar es tan solo pedir o
exigir milagros y en el peor de los casos utilizamos la oración para exigir y expresarle
nuestro enojo a Jesucristo.
Hablar es muy importante, a través
del habla es como nos relacionamos con los demás, el hablar y sobre todo hablar
bien es lo que determina nuestra buena convivencia en la familia y la sociedad
en general.
En la biblia el incienso más que
simplemente algo aromatizante, simboliza las oraciones agradables de los
santos. Apocalipsis 5: 8 “Cuando tomó el
libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron
delante del Cordero; cada uno tenía un arpa y copas de oro llenas de incienso,
que son las oraciones de los santos.”
Podemos hablar de manera desagradable
lo cual no se parecería en ninguna forma al delicioso olor del incienso.
O podemos hablar muy bien, que suene
tan agradable como el magnífico aroma del incienso, nuestro hablar con Dios y
con todas las personas con las cuales lo hacemos debe semejarse al incienso.
A través de estos versículos juan nos
quiere explicar que una buena conversación con Jesucristo o con cualquier otra
persona nunca será suficiente, siempre habrá algo por hablar.
Era necesario añadir más incienso a
las oraciones hechas por los santos. V 3 “Otro
ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y
se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos,
sobre el altar de oro que estaba delante del trono” La peor arma que una persona puede
utilizar en contra de su pareja o de su familia es el dejar de hablar, muchas
parejas deterioran su relación por dejar de hablar.
El adagio popular dice: “hablando es
como nos entendemos” y esa es la verdad las personas que no hablan tampoco se
entienden y por esta razón no avanzan.
Jesucristo a través de su palabra nos
recomienda que nunca debemos dejar de orar. Lucas 18: 1 “Y
les refería Jesús una parábola para enseñarles que ellos debían orar en todo tiempo, y no
desfallecer” debemos orar o hablar en todo tiempo.
1. Tiempos de gozo. En cualquier relación
que tengamos familiar, comercial o social, siempre vamos a tener momentos
agradables que podemos prolongar por mucho tiempo si practicamos el arte de
hablar.
· 1.1. El hablar hace que
las relaciones se fortalezcan.
2. Tiempos difíciles. Indudablemente los
momentos no siempre son agradables, en cualquier momento podemos tener
dificultades, financieras o emocionales, en estos momentos es cuando más
debemos hablar, de esta forma podemos resolver nuestros problemas con más
facilidad.
· 2.1. Nadie puede ayudarnos
si no saben que es lo que nos está pasando.
Hablar no es decir muchas cosas, la
clave para tener una buena comunicación es el saber escuchar, busca un lugar
adecuado, deja toda distracción para prestar atención, considera importante lo
que tienen que decirte y tu relación con Dios y con los demás mejorara en gran
manera.