Cada ser humano nace como alguien muy especial, no existe otro igual así en apariencia física se parezcan; como un ser distinto dotado de todo lo necesario para triunfar en la vida. Individualmente, cada persona puede ver, oír, tocar, gustar y pensar por sí misma.
Todas estas cualidades con las que
nacemos indica que nacemos preparados para triunfar.
Es comprobado
científicamente que cuando un ser humano pierde uno de sus órganos o nace falto
uno de ellos, el cuerpo desarrolla y habilita otro para que pueda complementar
el faltante.
Por esta razón
vemos personas hasta cuadripléjicas que si se lo proponen llegan a desarrollar
vidas de excelencia y triunfan muchas áreas de su vida.
Básicamente triunfar es llegar a
la cima de todo propósito. Triunfar en la vida, entonces, requiere
optimizar nuestros objetivos y metas, de manera que lleguemos a lo más alto
posible y superemos las expectativas de los demás e incluso nuestras propias
expectativas.
El faraón de Egipto dio una orden
contundente y dramática; todo niño varón que naciera debería ser echado al rio
para que muera. Éxodo 1: 22 “Entonces
Faraón mandó a todo su pueblo, diciendo: Echad al río a todo hijo que
nazca, y a toda hija preservad la vida.”
Pero Moisés había nacido para triunfar,
por lo tanto, el destino de él ya estaba trazado y la orden de faraón no lo
podía cambiar. Éxodo 2: 10 “Y
cuando el niño creció, ella lo trajo a la hija de Faraón, la cual lo
prohijó, y le puso por nombre Moisés,[a] diciendo: Porque de las
aguas lo saqué.[b]”
El hecho de que Moisés naciera con un
propósito de parte de Jehová no significaba que no tuviera que sufrir la persecución
del faraón.
La astucia de su madre y hermana ayudaron
a que el propósito de Dios se cumpliera, claro el propósito de Dios igual se
hubiera cumplido con ellas o sin ellas.
Este era el caso de Ester la sobrina de
Mardoqueo, ella no quería interceder ante el Rey por la salvación de su pueblo
y Mardoqueo le dijo: contigo o sin ti, Dios salvara a su Pueblo. Ester 4: 14 “Porque si callas absolutamente en
este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos;
mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has
llegado al reino?”
Si Dios tiene un propósito con nosotros
el llamara a diferentes personas para bendecirlas y ellas nos puedan bendecir a
nosotros, si ellas no quieren, la bendición se la ganaran otras que si quieran
hacer parte del Propósito Divino.
Las parteras no mataron a los niños tal
como era la orden de Faraón. Éxodo 1: 17 “Pero las parteras temieron a Dios, y no
hicieron como les mandó el rey de Egipto, sino que preservaron la vida a los
niños” tú
y yo nacimos para triunfar, si lo creemos Jesucristo nos dará gracia delante de
mucha gente temerosa de él.
Por este acto ellas fueron bendecidas de
manera especial. V 21 “Y por
haber las parteras temido a Dios, él prosperó sus familias” todas las personas
que ayuden a quienes tienen un propósito de parte de Dios tendrán su recompensa
ellas y sus familias.
Para que esto sea posible y logremos ser
victoriosos es necesario cambiar nuestra manera negativa de pensar, las
dificultades y las circunstancias difíciles que a veces tenemos que pasar,
hace que nuestra fe mengue y vivamos como derrotados.
No tengas miedo, sigue adelante, nunca
dejes de luchar de la mano de Jesucristo, el propósito de Dios en tu vida
pronto se cumplirá y serás un triunfador.