Jehová de los ejércitos es un Dios maravilloso que a través de su palabra nos enseña cómo podemos triunfar en cada una de las actividades que tenemos que hacer. En este capítulo más que ponernos a buscarle significado a cada parte del tabernáculo simplemente veremos la capacidad de orden que Dios tiene, no deja al azar ningún detalle por pequeño que sea, la planificación del tabernáculo estaba contemplada minuciosamente.
En todo
este capítulo podemos ver que todo estaba planificado, miremos como ejemplo
solo el versículo 1 ya que todos los demás versículos hablan de cómo se construirá
el tabernáculo. V 1 “Harás
el tabernáculo de diez cortinas de lino torcido, azul, púrpura y carmesí; y lo
harás con querubines de obra primorosa.”
Dios es un
Dios de orden y no de confusión. 1 Corintios 14: 33 “pues Dios no es Dios de
confusión, sino de paz. Como en todas las iglesias de los santos,”
para Dios no existe la improvisación el todo lo tiene calculado tanto que cada
uno de los detalles del tabernáculo estaban dentro de sus planes.
No solo en
lo espiritual la planificación es necesario en cada área de nuestra vida. En
nuestra casa, en el trabajo, en el estudio.
Los
negocios pueden ser muy rentables, pero si no se llevan en orden puede
fracasar. Muchas empresas han quebrado no por falta de dinero su causa ha sido
el desorden. Un empresario desordenado no sabe cuánto tiene, cuánto gana y
mucho menos cuánto gasta.
Para que
cualquier proyecto sea efectivo es necesario planificarlo con tiempo. Lucas 14:
28-30 “Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se
sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para
acabarla? 14:29 No sea que
después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean
comiencen a hacer burla de él, 14:30 diciendo:
Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar.”
El desorden
es algo que se contagia con facilidad por lo tanto es necesario saber muy bien
con quien nos relacionamos. 2 Tesalonicenses 3: 6 “Pero os ordenamos,
hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo
hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de
nosotros.”
Una persona
desordenada está condenada a vivir en pobreza, el desorden hace que la gente no
trabaje. 2 Tesalonicenses 3: 10-11 “Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto:
Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. 3:11 Porque oímos que algunos
de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino
entremetiéndose en lo ajeno.”
Muchas personas
sueñan con tener una casa, un vehículo, montar una empresa o cualquier otra
cosa, nunca lo han conseguido porque no sabían cómo hacerlo.
No se trata
tan solo de hacer algo, lo más importante es tener claro como lo vamos hacer, de
una buena planificación depende el éxito en todo lo que emprendamos.
El desorden
produce estrés, ansiedad y desespero. Pero lo más grave siempre termina
arruinando tu vida.
El orden no
solo debe ser en lo material también es necesario ser ordenado en el tiempo, si
sientes que el día te queda corto que no alcanzas hacer todo lo que querías,
posiblemente es causa de un día desordenado.
No basta
con tan solo tener claro que es lo que queremos, lo más importante es como lo vamos
a conseguir. A esto se le llama planificar.
Planificar las actividades significa administrar los
insumos disponibles y establecer las prioridades de manera organizada y
enfocada en la máxima calidad de los resultados. Así, el proceso de
planificación es crucial tanto en el entorno personal como en el ámbito
profesional.